Ejército sirio lanza gran operación terrestre con apoyo aéreo ruso

  • El ejército sirio lanzó este miércoles una gran operación terrestre, apoyada por los bombardeos de la aviación y de la marina rusa, cuya intervención militar desde hace una semana ha reavivado el régimen de Bashar al Asad.

El presidente ruso, Vladimir Putin, anunció que las operaciones de su país se intensificarían, mientras que su ministro de Defensa, Sergei Shoigu, aseguró que había alcanzado 112 blancos desde el inicio de la campaña el 30 de septiembre.

Estados Unidos confirmó por su parte que la casi totalidad de los ataques de Rusia en Siria no se dirigen contra los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) o contra organizaciones próxima a Al Qaida, sino contra rebeldes sirios moderados que luchan contra el régimen de Damasco.

La fuerte implicación de Moscú permitió al ejército sirio, que había encadenado una serie de reveses en los últimos meses frente a las fuerzas rebeldes y al EI, lanzar "una vasta operación terrestre en el norte de la provincia de Hama", anunció una fuente militar en Damasco.

Los soldados sirios intervienen "con cobertura de la fuerza aérea rusa", precisó este fuente. Por su parte, Putin anunció que las próximas operaciones rusas se sincronizarían con las de las fuerzas gubernamentales sirias.

Estas últimas combaten en el centro contra rebeldes moderados e islamistas, así como contra la filial de Al Qaida en Siria, el Frente al Nosra.

Damasco quiere cortar las líneas del Ejército de la Conquista, coalición rebelde que controla la provincia de Idleb y busca reforzarse en la vecina Hama.

La operación terrestre tiene también como objetivo el control de un tramo de la autovía estratégica que conecta Damasco con Alepo (norte), la segunda ciudad del país, según la fuente militar siria.

Por primera vez, los ataques rusos fueron lanzados desde cruceros de su flotilla en el mar Caspio, anunció Shoigu. Cuatro de ellos lanzaron 26 misiles de crucero contra 11 objetivos del EI en Siria, destruyéndolos por completo.

Una infografía publicada en la página web del ministerio de Defensa ruso muestra los misiles lanzados desde el mar Caspio, a casi 1.500 kilómetros de distancia de su blanco. Antes de llegar a Siria, los proyectiles sobrevuelan Irán e Irak.

La AFP llegó a la conclusión, a partir del mapa, que los misiles impactaron en la región de Al Bab, en la provincia de Alepo y en manos del EI, mientras que otros se dirigieron hacia el sector de Alepo bajo control rebelde.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), una oenegé con sede en Reino Unido, indicó que los ataques rusos fueron "más intensos que de costumbre".

"Por primera vez, los bombardeos fueron acompañados de combates terrestres entre las fuerzas del régimen y rebeldes", precisó el director del OSDH, Rami Abdel Rahman.

El Observatorio informó de un balance de seis muertos en Maret al Noman, en la provincia de Idleb, en uno "de los numerosos ataques, seguramente rusos".

Los rebeldes sirios y sus aliados en el extranjero acusan a Moscú de atacar principalmente a otros grupos y no al EI, con el objetivo de defender al régimen en lugar de luchar contra los yihadistas.

En este sentido, Putin afirmó que su homólogo francés, François Hollande, le había propuesto la idea "interesante" de "unificar los esfuerzos" del ejército del régimen y del Ejército Sirio Libre (ESL), el principal grupo armado moderado.

Pero París desmintió rápidamente estas afirmaciones, evocando que Hollande no había propuesto tal alianza.

Rusia dijo estar dispuesta el miércoles a establecer contactos con el ESL para coordinar la lucha contra el EI e intentar alcanzar un salida política al conflicto.

Washington, al frente de una coalición contra los yihadistas, aseguró que no coopera con Moscú en los ataques aéreos rusos en Siria, que el secretario de Defensa norteamericano, Ashton Carter, calificó de "error fundamental".

La coalición liderada por Estados Unidos tuvo que modificar la ruta de al menos de uno de sus aviones que sobrevuelan Siria por la cercanía de una aeronave rusa, según un portavoz del Pentágono.

La administración estadounidense abordó también con prudencia el miércoles una eventual zona de exclusión sobre Siria, que Turquía reclama, si bien no se adoptó ninguna decisión al respecto.

La guerra en Siria ha provocado desde marzo de 2011 más de 240.000 muertos y ha obligado a huir de sus hogares a varios millones de personas, provocando una grave crisis humanitaria.

La oenegé Oxfam estimó en este sentido que los esfuerzos internacionales desplegados para ayudar a los sirios demostraron ser "totalmente insuficientes".

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