Praga, 28 mar.- En la segunda y decisiva ronda de las elecciones presidenciales de Eslovaquia se enfrentan mañana, sábado, el actual primer ministro, el socialdemócrata Robert Fico, y el hasta ahora desconocido empresario Andrej Kiska.
No hay favorito claro en estos comicios después de que Fico se impusiera en la primera ronda con un 28 %, frente al 24 % de Kiska.
Fico, abogado de 49 años de edad, es líder del gobernante Partido Socialdemócrata (Smer) y el político más popular e influyente del país de los últimos años, aunque la oposición conservadora lo critica por su "populismo de izquierdas",
Comenzó su andadura política en el Partido Comunista Checoslovaco (KSC) y la prosiguió, desde 1992, en la Izquierda Democrática (SDL) de los comunistas reformados.
Fundó el partido Smer (Dirección, en eslovaco) en 1999 y esta fuerza se convirtió en la principal alternativa al programa reformista, de corte liberal, acometido por las coaliciones de centroderecha que gobernaron el país entre 1998 y 2006.
Tras ganar las elecciones del año 2006 formó una coalición con dos polémicos partidos nacionalistas, lo que provocó las críticas de sus correligionarios del Partido Socialista Europeo, que suspendieron cautelarmente a Smer su calidad de miembro.
Su principal hito fue llevar a Eslovaquia a la zona euro en enero de 2008, por delante incluso de la "gran hermana", la República Checa, que sigue estando fuera de la moneda única.
Fico representó a su país en la Corte Europea de Derechos Humanos de Estrasburgo (1994-2000) y fue desde 1999 jefe de la delegación eslovaca en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa.
Apasionado jugador de fútbol, está casado con una profesora de derecho y es padre de un hijo.
El multimillonario Andrej Kiska, de 50 años de edad, nunca ha sido miembro de un partido, y considera que el jefe de Estado no debe ser un apéndice de un formación política.
Ha trabajado como directivo de grandes empresas y ha fundado varias compañías, tanto en Eslovaquia como en el exterior.
Fundó en Eslovaquia dos sociedades financieras de pagos aplazados, y tras 15 años de actividad empresarial decidió venderlas y dedicarse por entero a la actividad caritativa.
En 2007 creó la sociedad sin ánimo de lucro "Dobry Anjel", que recauda fondos para familias en apuros por causa del cáncer.
El empresario no tiene ninguna experiencia política y ha logrado movilizar en su favor a buena parte del electorado de centroderecha, huérfano de un candidato con potencial.
El empresario denuncia la corrupción y falta de competitividad de los funcionarios públicos eslovacos, así como el mal funcionamiento de la judicatura que -según él- obliga a las empresas a quebrar y despedir a sus empleados.
Uno de sus eslóganes preferidos a lo largo de la campaña ha sido: "humanizar Eslovaquia".
Andrej Kiska está casado y tienen cuatro hijos.
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