El adiós de Soraya deja a Casado sin el enlace del PP con las élites empresariales

  • El PP pierde a su principal valedora ante los grandes empresarios del país. El nuevo equipo económico de Génova no tiene relación fluida con ellos.
Soraya Sáenz de Santamaría durante su intervención en el Congreso del PP.
Soraya Sáenz de Santamaría durante su intervención en el Congreso del PP.
Efe

Soraya deja el PP y con su adiós se extingue el principal contacto que tenía el partido con la aristocracia empresarial. Sáenz de Santamaría era la principal interlocutora con los grandes despachos de poder financieros y así lo demostró durante los más de seis años y medio que estuvo en La Moncloa. La todopoderosa vicepresidenta de Rajoy recibía en el complejo presidencial a los empresarios o bien hablaba por teléfono con ellos en una relación que construyó a lo largo de una legislatura y media y que estuvo protagonizada por un contacto fluido y habitual. Ahora, el renovado partido liderado por Casado tiene la ardua tarea de reconstruir esos vínculos.

La exvicepresidenta mantenía relaciones con casi todos los VIP económicos. Bancos, eléctricas, 'telecos'... Sáenz de Santamaría y su gabinete eran el nexo de unión entre el Gobierno y las finanzas a gran escala. Durante el mandato de Rajoy el presidente delegó en ella todas las relaciones con el poder financiero, de forma que, aunque sobre el papel era la vicepresidenta política, Soraya se había convertido en una especie de 'vicepresidenta económica' en la sombra. Su jefe dejó hacer y deshacer, ya que el gallego prefirió mantener desde el principio una gran distancia con estos empresarios que siempre visitaron La Moncloa con sus predecesores. 

Cuentan en el PP que Rajoy, nada más tomar las riendas del Gobierno, decidió mandar un mensaje claro y contundente hacia estos empresarios que ya no pisarían más su despacho, salvo contadas excepciones, con él de inquilino. En su discurso en el Congreso Nacional del partido de febrero de 2012, en Sevilla, lanzó esta frase: "No debo nada a nadie ni tengo más compromiso que con vosotros y los españoles". Estas eran sus credenciales en el inicio de su mandato.

Los visitadores de La Moncloa

Soraya, por tanto, fue la encargada de despachar con los empresarios VIP.  De hecho, les atendía por teléfono o asistían a La Moncloa para verse con ella en su despacho. Hubo encuentros importantes, como el publicado en estas páginas, protagonizado por Isidro Fainé, hombre fuerte de La Caixa. El empresario catalán viajó hasta Madrid horas antes del 1-O y detalló a la vicrepresidenta cómo la entidad bancaria iba a abandonar Cataluña tras 113 años arraigados en Barcelona. Caixa necesitaba, eso sí, un último servicio: un decreto-ley adaptado a su medida para poder cambiar la sede social de forma exprés previo acuerdo del consejo de administración. Sáenz de Santamaría levantó la bandera blanca y ese viernes se aprobó el conocido como 'decreto Guindos'.

Soraya Sáenz de Santamaría también se apoyó en importantes empresarios catalanes para desarrollar su famosa 'Operación Diálogo', aunque hubo algunas discrepancias. Mientras la exvicepresidenta abría despacho en Barcelona, financieros catalanes le presentaban informes y papeles donde se le avisaba de que eso no bastaba y que los independentistas estaban dispuestos a llegar hasta el final, como finalmente sucedió. El suflé del que hablaba Moncloa no bajó.

Soraya Sáenz de Santamaría, como 'vicepresidenta en la sombra', también eclipsó sobremanera a los ministros económicos del Gobierno de Rajoy. La relación de la aristocracia empresarial con Luis de Guindos y Cristóbal Montoro (la exministra Fátima Báñez se encargó de la negociación con la CEOE y las centrales sindicales) no era precisamente fluida, de forma que desde Moncloa se monopolizaron los contactos.

Un miembro del área económica del antiguo Gobierno -los colaboradores más cercanos a Santamaría, en general, han preferido no hablar en las últimas horas- explica que "es una pena" perder a alguien que "se trabajó su gestión con los empresarios". Ahora, dicen, el PP se queda "huérfano" de ese interlocutor que todo partido político debería tener. Ese papel recaerá ahora en el nuevo equipo económico de Génova, capitaneado por Isabel García Tejerina y Alberto Nadal, pero sus perfiles no son de momento los adecuados para dialogar con los VIP de las finanzas ya que hasta ahora no ha habido confianza.

El sorayismo, en definitiva, llega a su fin con esta marcha precipitada de la política de la abogada del Estado de 'La Gloriosa' que estuvo cerca de suceder a Rajoy. Solo la 'entente cordiale' entre sus más acérrimos enemigos, con María Dolores de Cospedal al frente, le apartó de la victoria en las primarias de julio. Ahora, los Ayllón, Báñez, Montoro y compañía se quedan sin 'su líder'. Adiós a la que fue 'vicetodo' y a la corriente (sin ideología) que soñó con dirigir el PP tras el 'marianismo'.

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