El aniversario de la CE se convierte en un alegato para reformar la parte económica

  • Los distintos partidos han aludido a los cambios que debe recibir la Carta Magna, pero las recetas de unos y otros son muy distintas.
Los presidentes del Congreso, Ana Pastor, del Senado, Pío García-Escudero, y el JEMAD, general Fernando Alejandre, en los actos del Día de la Constitución
Los presidentes del Congreso, Ana Pastor, del Senado, Pío García-Escudero, y el JEMAD, general Fernando Alejandre, en los actos del Día de la Constitución
EFE

Los actos conmemorativos del 40 aniversario de la Constitución se han convertido este jueves en un tremendo alegato político para que se lleve a cabo su reforma que garantice los avances logrados en el Estados de bienestar, avance en el desarrollo de los derechos económicos y sociales, y ponga la base para el futuro de las pensiones. Prácticamente todos los líderes políticos convocados en el Congreso de los Diputados y los responsables de los grupos parlamentarios, han aludido a los cambios que debe recibir la Carta Magna, si bien con el hándicap de que las recetas de unos y otros son muy distintas en cada caso.

La parte económica de la Constitución, su adaptación a nuevos derechos relacionados con el respeto el medio ambiente y la necesidad de adaptar sus postulados a algunos de los acuerdos más importantes que se han alcanzado en la Unión Europea en materia de derechos y libertades, se han revelado como algunos de los ámbitos clave en los que se centra una posible reforma de la Constitución de 1978. Frente a quienes desde el lado de la izquierda radical reclaman un modelo republicano y critican con dureza a la monarquía, se levantan además las voces de quienes reclaman una reforma pausada, en la que se avance por delante con cambios legislativos que se pueden hacer por ley, para cerrar luego una reforma amplia y con el máximo acuerdo posible.

A pesar del desacuerdo general sobre la reforma de la Constitución en cuanto a plazos y contenido, todos los políticos convocados mostraron su respeto por los ‘padres del a Constitución’ y hasta por el papel de la monarquía a la hora de mantener el orden constitucional en 1978 y durante el fallido golpe de Estado del 23-F. Pero tras sus reconocimientos, las demandas para reordenar el Estado de las autonomías, revisar la ley electoral o actualizar todos los postulados relativos a la Corona han sido la tónica general del acto de aniversario desde el punto de vista puramente político.

Desde el Grupo Parlamentario Socialista, su responsable Adriana Lastra ha recordado que esta formación es la única que hasta el momento ha planteado una reforma de la Constitución con medidas reales que se encaminan a asegurar el Estado de bienestar y el futuro de las pensiones. Se trata de su propuesta de modelo federalista para hacer un cambio de estructura territorial que avance el actual sistema autonómico, con una financiación básica que iguale los servicios básicos a todos los españoles y permita diferencias por autonomías que no atenten contra la igualdad.

Por parte de las fuerzas políticas de la derecha, tanto el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, como el del PP, Pablo Casado, han lanzado serias advertencias sobre el peligro que supone poner en marcha una reforma de la Constitución bajo la presión de los partidos independentistas y los extremismos políticos, si bien han abogado por avanzar en las reformas que sean necesarias. El más crítico en este aspecto ha sido Casado, cuyo partido no reclama por el momento una reforma urgente y “agravada” de la Carta Magna, dado que conlleva un cambio demasiado amplio como para garantizar ahora que no se va a ver tergiversado por las tensiones políticas y la debilidad del partido que gobierna.

Casado ha dejado muy claro que la mayoría que su partido ostenta en el Senado no va a permitir ningún cambio “que responsa más a la agenda propia de un partido que a razones de urgencia”. En ese mismo sentido, Rivera ha advertido que no hay un consenso como el del 78 para reformar la Constitución,  y que para que lo hubiera, "el PSOE tendría que posicionarse como un partido constitucionalista" junto al PP y a la formación naranja.

Los más duros a la hora de plantear un cambio constitucional, como viene siendo habitual, han sido los líderes de Unidos Podemos, Pablo Iglesias y Alberto Garzón, que defiende un cambio de sistema que sirva para implantar la República, algo que supondría modificar la actual monarquía parlamentaria que consagra el texto de 1978 y plantear un plebiscito sobre la Corona. Precisamente, toda la familia real estaba este jueves en el evento del 40 aniversario de la Constitución, reafirmando su validez como modelo que estructura el Estado y su apuesta por la democracia.

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