El 'annus horribilis' de Zapatero y Rajoy

Para ambos es un año para olvidar. Tanto José Luis Rodríguez Zapatero como Mariano Rajoy han sufrido en 2009 un desgaste que no tiene precedentes en sus respectivas carreras políticas. La crisis económica -en el caso del presidente del Gobierno- y los problemas en el seno del PP -en el del líder de la oposición-, son las principales causas del deterioro de su imagen. Pero hay muchas más.

Zapatero comenzaba 2009 reconociendo la crisis económica que tanto se negó a admitir en 2008. Al récord del desempleo que ha alcanzado este año España -3,8 millones de parados-, el elevado déficit público - del 3,8% de 2008 se prevé que se cierre 2009 con un 8,1%- y la llegada de la recesión, Zapatero tiene que sumar las malas perspectivas de las principales organizaciones internacionales, como la Comisión Europea, el FMI o la OCDE, para los años venideros.

Hoy, en la rueda de prensa que ofrecerá después del Consejo de Ministros, pasará de puntillas sobre estos datos y optará por destacar la aprobación de la nueva ley de financiación autonómica, las diferentes medidas anticrisis aplicadas por su Gobierno (Plan E, ayudas al automóvil, etc) y la aprobación sin apenas rasguños de los Presupuestos de 2010. Medidas a las que pronto se unirá la Ley de Economía Sostenible, con la que Zapatero quiere cambiar el modelo económico español. Pero todo parece indicar que este anteproyecto será más bien un cajón de sastre en la que habrá cabida para todo, hasta para introducir cambios en Internet.

Más logros fuera que dentro de casa

En este año a Zapatero le ha ido mejor fuera que dentro de España. Consiguió que España participara en diferentes reuniones del G-20; logró que Barack Obama le recibiera en la Casa Blanca el pasado mes de octubre; ha realizado diferentes viajes por todo el mundo con motivo de la próxima Presidencia española de la Unión Europea.... Pero mientras, los problemas internos se le acumulaban.

Tanto el secuestro del Alakrana como la crisis de la activista saharaui Aminatu Haidar  y el secuestro de los tres cooperantes catalanes han puesto en evidencia la descoordinación de su equipo de Gobierno y ensombrecieron los logros alcanzados en 2009, como la llegada al poder de Patxi López en el País Vasco. Los deslices del Ejecutivo de Zapatero en estos asuntos, que para más inri se han concentrado en los últimos meses, unidos a los problemas económicos que sufren la mayoría de los españoles explican que la imagen del presidente y del PSOE pasen por uno de sus momentos más bajos.

La de Mariano Rajoy despunta algo más, pero no mucho. El hecho de haber recortado distancia respecto al líder socialista se debe más al desgaste de su contrincante que a los logros del presidente del PP.Y es que Rajoy se ha agarrado a la economía como un clavo ardiendo para hacer oposición. Pero su imagen como líder del principal partido de la oposición ha pasado despercibida durante buena parte de 2009 debido a los diferentes problemas en el seno del PP.

La retahíla de problemas de Rajoy

Primero fueron los casos de espionaje en el partido en la Comunidad de Madrid; luego estalló el caso Gürtel, que se convirtió en la gran pesadilla de Rajoy y su entorno; después llegó un nuevo intento de Esperanza Aguirre de moverse la silla, sin olvidar los problemas en Caja Madrid.

En esta retahíla de problemas el presidente del PP se ha dejado algunos cadáveres por el camino, como Ricardo Costa, el secretario general del PP en Valencia, al que hay que sumar el distanciamiento con Francisco Camps, el presidente valenciano, viejo amigo que antaño fue clave para que Rajoy siguiera al frente de los populares. Todos estos problemas saldrán a colación en la rueda de prensa que celebre Rajoy para hacer balance.

Dos líderes con su liderazgo en cuestión

Aunque en estos momentos diferentes encuestas destacan el empujón de la imagen de Rajoy frente a la caída de Zapatero, los dos líderes no saben con certeza si se enfrentarán en las próximas elecciones generales. "No habrá próxima vez" dijo Rajoy en una reunión de la Ejecutiva del partido el pasado 3 de noviembre en referencia a los escándalos internos del partido. Desde entonces parece que las aguas se han calmado en el seno del PP, pero son muchos quienes creen que la crisis interna de los populares se cerró en falso y pronto la herida podría volver a supurar pronto.

Por su parte, Zapatero no ha despejado sus opciones de futuro respecto a una posible reelección, pero cada vez son más las voces que no se mojan a la hora de confirmar que el presidente vuelva a presentarse tras el desgaste que ha sufrido esta legislatura.

Estas dudas sobre el liderazgo de los dos grandes pesos pesado de la política española son la mejor muestra de que las diferentes crisis de 2009 -económica, Gürtel, Alakrana, secuestros, Haidar, etcétera- les han pasado factura.