El ascenso de Vucic como nuevo "hombre fuerte" marca las elecciones en Serbia

  • Las elecciones generales anticipadas en Serbia el domingo próximo confirmarán, según los pronósticos, el actual dominio de SNS, un partido fundado por ex ultranacionalistas que ha apostado por el acercamiento a la UE de la mano del viceprimer ministro, Aleksandar Vucic.

Snezana Stanojevic

Belgrado, 13 mar.- Las elecciones generales anticipadas en Serbia el domingo próximo confirmarán, según los pronósticos, el actual dominio de SNS, un partido fundado por ex ultranacionalistas que ha apostado por el acercamiento a la UE de la mano del viceprimer ministro, Aleksandar Vucic.

Los sondeos auguran un aplastante 44 por ciento de los votos al Partido Progresista Serbio (SNS), en línea con el objetivo manifestado por Vucic de reunir el apoyo de la mitad del censo electoral, para tener legitimidad a fin de efectuar con rapidez y eficacia duros recortes económicos.

"El 16 de marzo se decide el futuro de Serbia. (...) No tendremos el poder y no podremos llevar a cabo las reformas si no obtenemos el 50 por ciento de los votos", ha reconocido Vucic.

El político más popular de Serbia fue quien decidió a finales de enero poner fin al Gobierno de coalición con el Partido Socialista y convocar elecciones dos años antes de lo previsto.

Consideraba que era necesario un nuevo Ejecutivo que impulse las reformas económicas, aunque sus críticos le recriminan que sólo ansía acumular poder.

La coalición entre el SNS y los socialistas, formada en julio de 2012, se apuntó el triunfo de abrir las largamente deseadas negociaciones de ingreso en la Unión Europea (UE).

El inicio de los contactos, el pasado 21 de enero, fue el premio dado a Serbia por pactar un acuerdo de normalización con Kosovo, su antigua provincia que se proclamó independiente en 2008.

Vucic, que empezó en política en los círculos más nacionalistas, tomó en 2008 la senda de la moderación y ha llegado a ser el político mejor valorado gracias, entre otras cosas, a la lucha contra la corrupción crónica en Serbia.

El analista político Dejan Vuk Stankovic declaró a Efe que esa "confianza" en Vucic se debe en buena parte a que los ciudadanos la han perdido en otros políticos "por la transición poco exitosa en los doce años en poder de las formaciones que sustituyeron a Slobodan Milosevic", en referencia al líder autoritario serbio derrocado en 2000.

El dominio político de una figura, dijo, supone que también la solución de los problemas se deja "a la voluntad y cerebro de un hombre, lo que no es la mejor solución, dado que en Serbia las instituciones que controlan a los políticos no están bien desarrolladas ni son eficaces".

Las encuestas muestran que el SNS ha dejado muy atrás a sus contrincantes en estas elecciones.

Los únicos que se le acercan son los socialistas del primer ministro Ivica Dacic, que se mantendrían en el 13 por ciento de los apoyos que recibieron en 2012.

Dacic, artífice del acuerdo con Kosovo, se presenta como el jefe de Gobierno que será recordado como "a quien fueron entregadas las llaves de la puerta de la Unión Europea".

Muy por debajo está el Partido Democrático, una formación crítica con el SNS y que ha pasado de ser el referente del europeísmo y uno de los principales partidos en Serbia a aspirar apenas a un 7 por ciento de los votos.

Pocos partidos más pasarían el umbral del 5 por ciento necesario para entrar en el Parlamento, entre ellos el nacionalista Partido Democrático de Serbia (DSS), el único partido parlamentario que se opone a la integración de Serbia en la UE.

También tiene opciones el NDS, un grupo recién formado en torno a Boris Tadic, expresidente europeísta, que obtendría un 8 por ciento; y el prooccidental Partido Demócrata-Liberal (LDP), con el 6 por ciento.

Estos partidos constituirán una débil oposición a Vucic. Por un lado, por las grandes diferencias entre ellos y, por otro, porque ya durante la campaña han concentrado sus críticas en los socialistas, en lo que parece una estrategia para ganarse un lugar en un futuro gobierno de Vucic.

Sea cual sea la composición del nuevo Ejecutivo, tendrá por delante difíciles tareas, ante todo la solución de los profundos problemas económicos y sociales, continuar la lucha contra la corrupción, normalizar las relaciones con Kosovo y avanzar hacia la entrada en la UE.

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