El avión que casi se estrella en Lanzarote en 2007 tuvo el mismo fallo que el Spanair

  • Madrid.- El avión MD-83 de la compañía Mapjet que estuvo a punto de estrellarse poco después de despegar de Lanzarote el 5 de junio de 2007, experimentó los mismos problemas que el avión de Spanair siniestrado en Barajas en agosto de 2008, ya que despegó sin flaps y la alarma de configuración inadecuada también falló.

Madrid.- El avión MD-83 de la compañía Mapjet que estuvo a punto de estrellarse poco después de despegar de Lanzarote el 5 de junio de 2007, experimentó los mismos problemas que el avión de Spanair siniestrado en Barajas en agosto de 2008, ya que despegó sin flaps y la alarma de configuración inadecuada también falló.

Así se desprende del informe definitivo de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC), que critica la falta de disciplina de los dos pilotos del avión, que hicieron caso omiso a varias alarmas que les alertaron de importantes fallos técnicos instantes antes del despegue.

El incidente, ocurrido un año antes de la tragedia de Barajas, no tuvo consecuencias, ya que los pilotos fueron capaces de hacerse con el control de avión, pese a que no activaron por descuido los flaps y los slats, unas extensiones de las alas imprescindibles en los despegues y aterrizajes.

En ambos casos falló la alarma de mala configuración en el despegue (TOWS), lo que impidió que los pilotos se dieran cuenta de que se disponían a despegar sin desplegar los flaps.

En el incidente de Lanzarote ha quedado demostrado que el avión se encontraba en "modo vuelo", o lo que es lo mismo, el aparato "pensaba" que estaba en el aire, lo que desactivó de forma automática la alarma de mala configuración al despegue y activó otros sistemas, como el calefactor de la sonda de temperatura.

Esta avería proviene de un fusible, el K-33, que había sido desconectado de forma rutinaria por los técnicos de mantenimiento unas horas antes, pero que no fue colocado en su lugar de nuevo como era preceptivo.

Pese a ello, y a otras alarmas que saltaron en cabina, los pilotos decidieron despegar de Lanzarote.

Ya en el primer vuelo del día, entre Barcelona y la isla canaria, el avión consiguió despegar "de milagro", ya que las palancas de potencia se retrasaron de forma automática al entender que ya se encontraba en el aire.

Jugó a favor del avión de la compañía austríaca Mapjet, que operaba para Air Plus Comet, la mayor potencia de los motores del MD-83, y que el despegue se produjo a nivel del mar y con una temperatura de unos 23 grados centígrados, frente a los más de 600 metros de altitud de Barajas y las altísimas temperaturas del mes de agosto en Madrid.

El informe de Aviación Civil es especialmente duro con los pilotos del avión de Mapjet, de nacionalidad argentina el comandante y venezolana el copiloto, que actuaron en todo momento de forma negligente y no cumplimentaron las preceptivas listas de comprobación en cabina.

La CIAIC también censura a la compañía austríaca por la "escasa formación" que facilitaba a sus tripulaciones, contratadas para la temporada estival, y que apenas recibían unas ligeras nociones sobre los procedimientos operacionales de la empresa.

Aviación Civil también critica la "ineficaz supervisión" de Austrocontrol, el organismo encargado de la seguridad aérea de los aviones de bandera austríaca, por lo que solicita a la EASA, la Agencia Europea de la Seguridad Aérea, que evalúe sus métodos.

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