Las fuerzas de seguridad españolas han reforzado su atención en torno a un nombre concreto. Salah Abdeslam, joven belga de 26 años y hermano de uno de los terroristas muertos en los atentados de París, al que las autoridades francesas señalan como posible sospechoso de participar en los ataques del viernes en París.
El aviso remitido por el Centro de Cooperación Policial y Aduanero (CCPA) de Hendaya a las autoridades policiales para su difusión, al que ha tenido acceso este periódico, indica que el joven, nacido el 15 de septiembre de 1989 en Bruselas y con una estatura de 1'75, carece de antecedentes en Francia. No obstante, se tipifica como "individuo peligroso" y se indica que, de sobre él figuran "señalamientos" de "vigilancia discreta" por el Sistema de Información de Schengen (SIS) de Bélgica y Francia. Se detalla, además, que no es propietario de ningún vehículo de matrícula francesa.
Según se indica en la nota, "la difusión ha sido solicitada expresamente por la Coordinación Nacional francesa, desconociéndose el grado de implicación en los atentados y aclarando que el que pudiera trasladarse a España es únicamente una posibilidad".
De acuerdo a la investigación, siete yihadistas murieron en los ataques, uno de ellos abatido por la policía en la discoteca Bataclan y el resto, al inmolarse.
El Ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha afirmado este lunes que no existe "una mínima sospecha concreta" de que Abdeslam se haya desplazado a España o tenga intención de hacerlo. La policía francesa incrementó en la tarde de ayer su llamamiento a los países vecinos para que aumentasen su vigilancia por si pudiera haber traspasado sus fronteras. El ministro matizó así que ese aviso "no es específico a España", sino a los "países fronterizos" que forman parte del espacio de libre tránsito de personas.
"Como estamos en la zona Schengen forma parte de la normalidad y que nos adviertan de esta posibilidad", explicó.
La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha participado este lunes en el gabinete de coordinación para reforzar la cooperación con las autoridades francesas, y en el que han participado, entre otros, el director del Centro Nacional de Inteligencia, Félix Sanz Roldán, el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Ignacio Ybáñez, y el de Seguridad, Francisco Martínez. En el encuentro se han analizado las medidas concretas para extremar la seguridad en la frontera en previsión de la posible llegada de Salah Abdeslam.
Según las primeras investigaciones, Abdeslam habría participado en las tareas logísticas de los ataques del viernes en París. De acuerdo a la información publicada por la agencia de noticias AP, el joven habría cruzado hacia Bélgica en la madrugada del sábado. El vehículo fue revisado por los agentes de frontera, pero no fue detenido al no haber entonces una alerta sobre él.Controles en Irún y La Junquera
El ministerio de Interior ha pedido prudencia desde el primer momento a la hora de situar a Salah Abdeslam en nuestro país. Sostienen que es posible que haya vuelto a Bélgica, o incluso que haya permanecido en Francia. La petición de búsqueda es genérica en todos los países del entorno de Francia y los datos sobre el joven figuran en el Sistema de Información Schengen (SIS), que permite la coordinación entre distintos países europeos para localizar a huidos.
No obstante, los controles fronterizos se mantienen alerta, especialmente en Irún (Guipúzcoa) y La Junquera (Girona), en previsión de una posible entrada del sospechoso. Fuentes policiales han informado a este periódico que un vehículo con tres ocupantes árabes se saltó este domingo un control de la Gendarmerie en la frontera y que el coche ha sido localizado en La Junquera. No existe ningún indicio que de entrada le vincule al sospechoso.Normalidad en la frontera
La sensación en la frontera con Francia es, no obstante, de normalidad. Los refuerzos en los controles apenas se han dejado notar entre los vecinos estos dos puntos, los que soportan más tráfico en el paso con Francia. "Por aquí siempre suele haber bastantes agentes, y estos días más o menos como siempre", cuenta un trabajador de una gasolinera de Irún, a apenas medio kilómetro de la frontera. Afirma también que la policía no les ha dado ninguna orden ni indicación especial, en vistas a colaborar con la identificación del sospechoso huido de París.
En La Junquera, la sensación es idéntica. "No hay más policía, la de siempre, aquí siempre hay controles", explican en un bar de carretera de Irún, de camino hacia el país galo. La preocupación, existe. "Algunos hablan, pero otros callan por miedo", asegura.
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