El biólogo español asesinado será sepultado en Brasil

  • El biólogo español Gonzalo Alonso Hernández, asesinado a tiros el pasado domingo en un municipio del interior del estado brasileño de Río de Janeiro supuestamente por sus denuncias sobre crímenes contra una reserva ambiental, será sepultado en Brasil, informaron hoy fuentes consulares.

Río de Janeiro, 8 ago.- El biólogo español Gonzalo Alonso Hernández, asesinado a tiros el pasado domingo en un municipio del interior del estado brasileño de Río de Janeiro supuestamente por sus denuncias sobre crímenes contra una reserva ambiental, será sepultado en Brasil, informaron hoy fuentes consulares.

El biólogo estaba radicado en Brasil desde hacía varios años y tenía una compañera estable que pidió que su cuerpo sea enterrado en el país, dijo a Efe una fuente del consulado de España en Río de Janeiro.

La misma fuente aseguró que los familiares de Alonso Hernández, que tenía 49 años y era natural de Santander (Cantabria, norte), vendrán a Brasil para las exequias.

La fecha del entierro no ha sido definida debido a que depende de que el Instituto de Medicina Legal libere el cuerpo.

El biólogo fue asesinado con un balazo que le entró por la nuca de espaldas y que salió por el cráneo, y la policía sospecha de que su muerte obedeció a sus reiteradas denuncias contra cazadores y madereros que actuaban en la reserva ambiental Parque Estadual Cunhambebe.

El español fue hallado sin vida en una cascada de esa reserva ubicada en jurisdicción del distrito de Lídice, a 170 kilómetros de la ciudad de Río de Janeiro y en donde vivía en una pequeña propiedad rural desde hacía diez años.

El biólogo trabajaba en el Instituto Terra y prestaba servicios de consultoría en asuntos ecológicos en el Consejo Municipal de Medio Ambiente de Lídice.

Según su compañera, la brasileña Maria de Lurdes Pena Campos, el español había hecho varias denuncias sobre crímenes ambientales ante las autoridades de Río Claro, municipio del que Lídice es distrito, y había sido advertido por amigos sobre las posibles consecuencias de su combate a los cazadores furtivos y a los madereros.

Alonso Hernández vivía en su pequeña propiedad de Lídice desde que, al final de la década de 1990, renunció a una multinacional española de telecomunicaciones para dedicarse a la preservación ambiental.

Según el comisario de policía responsable del caso, Marco Antonio Alves, la policía está esperando los resultados de los informes de los legistas y de huellas dactilares recogidas en el coche y en la casa del español antes de comenzar a escuchar los testimonios de los conocidos y vecinos de la víctima.

La policía también analizará las imágenes de una cámara del Instituto Ambiental del estado de Río de Janeiro instalada en un local próximo al del crimen.

Pese a que no descarta ninguna posibilidad, la policía trabaja inicialmente con la hipótesis de latrocinio (robo seguido de muerte) debido a que el autor del crimen se apoderó de un ordenador personal, del teléfono móvil y de dos linternas de la víctima.

Mostrar comentarios