El cambio político del presidente y de Birmania cumple dos años

  • Thein Sein, otrora leal lugarteniente de la junta militar de Birmania propuesto ahora al premio Nobel de la Paz, hará mañana dos años que asumió la presidencia desde la que dirige la transformación democrática de su país.

Miguel F. Rovira

Bangkok, 29 mar.- Thein Sein, otrora leal lugarteniente de la junta militar de Birmania propuesto ahora al premio Nobel de la Paz, hará mañana dos años que asumió la presidencia desde la que dirige la transformación democrática de su país.

Este exgeneral que de 2007 a 2011 desempeñó con lealtad el cargo de primer ministro de la junta encabezada por su jefe, el también general Than Shwe, fue tildado de títere de un gobierno afín a los militares con aspecto civil.

Cuando Thein Sein fue investido en el Parlamento jefe de Estado tras la disolución de la junta que detentó el poder durante cerca de medio siglo, habían transcurrido cuatro meses desde el triunfo de su partido oficialista en los comicios convocados por un régimen que impulsaba un proceso que llamaba de "democracia disciplinada".

Thein Sein, quien abandonó la carrera militar en 2010 para poder encabezar al conjunto de candidatos del Partido del Desarrollo y la Solidaridad de la Unión que pugnarían en lo comicios, era descrito por los opositores como un general menos inflexible que otros de la junta militar.

El presidente birmano, de 67 años y el menor de tres hermanos nacidos en el seno de una familia campesina sin tierras propias, está considerado por sus rivales políticos un general moderado cuya reputación no está empañada por la corrupción y que rehuye la ostentación de la que hizo gala su predecesor y otros miembros de la junta militar.

Incluso, la líder del movimiento democrático birmano y Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, dijo públicamente del presidente que fue su sinceridad acerca de la reforma política la principal razón por la que decidió después de ser liberada, en noviembre de 2010, regresar a la política con su formación, la Liga Nacional por la Democracia.

El concepto que tiene la líder de la oposición sobre este hombre que habla de forma sosegada ha contribuido a que haya sido recibido con honores por muchos de los gobiernos de países que anteriormente le prohibían la entrada y respaldaban las sanciones internacionales impuestas a Birmania.

Pero además del daño que han causado a su imagen los 14 años en los que ocupó distintos cargos en la junta, también los birmanos recuerdan que Thein Sein era primer ministro cuando las fuerzas de seguridad aplastaron a tiros la revuelta popular liderada por los monjes budistas, en 2007.

Y aunque varios cientos de presos políticos han sido liberados desde que Thein Sein asumió la jefatura de Estado, la Asociación de Asistencia a los Prisioneros Birmanos denuncia que todavía cerca de dos centenares continúan encarcelados.

Suu Kyi considera que la reforma política que el mismo Thein Sein ha asegurado que es "irreversible" ha dado solo sus primeros pasos y advertido de que resulta necesario reformar la Constitución para reducir el poder político que los militares retienen por medio de su control de una cuarta parte de los escaños del Parlamento.

Nacido en una cabaña de madera del pueblo de Kyonku, en el delta del río Irrawaddy y a unas ocho horas por carretera al suroeste de Rangún, la antigua capital, Thein Sein ingresó en el Ejército poco después de cumplir 20 años y una década después era ya coronel.

En la década de los 90, Thein Sein estuvo durante cuatro años al mando de las tropas acantonadas en la región del "Triángulo dorado de la droga", llamada así por ser el hogar de los grupos armados dedicados al narcotráfico y donde convergen las fronteras de Birmania, Laos y Tailandia.

Thein Sein fue nombrado, en 2004, primer secretario de la junta militar y tres años después se convirtió en primer ministro a raíz de la muerte por enfermedad del por entonces titular, el general Soe Win.

Tras su nombramiento comenzó a asistir a las reuniones de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) y Naciones Unidas, organismo al que transmitió la negativa de la junta para que distribuyera ayuda humanitaria entre los más de 2 millones de damnificados por el ciclón Nargis, que hace casi cinco años causó unos 138.000 muertos en el delta del Irrawaddy, la región en la que Thein Sein se crió.

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