El candidato izquierdista Tsipras quiere que Europa acabe con la austeridad

  • El líder izquierdista griego y candidato a la presidencia de la Comisión Europea (CE), Alexis Tsipras, se presenta a las elecciones europeas con un doble objetivo: acabar con la austeridad draconiana impuesta por la troika a Grecia y provocar un cambio de rumbo en la UE.

Atenas, 14 may.- El líder izquierdista griego y candidato a la presidencia de la Comisión Europea (CE), Alexis Tsipras, se presenta a las elecciones europeas con un doble objetivo: acabar con la austeridad draconiana impuesta por la troika a Grecia y provocar un cambio de rumbo en la UE.

El fulgurante éxito de su partido -la Coalición de la Izquierda Radical (Syriza)- en los dobles comicios generales de 2012, cuando multiplicó su influencia electoral al pasar del 4,6 % de los votos en 2009 al 16,8 % en mayo de 2012 y al 26,9 % en la repetición electoral de junio, le han convertido en la bestia negra del aparato político y mediático conservador griego.

Sus diatribas contra las políticas de austeridad promovidas por la CE y por el Gobierno alemán, y sus virulentas críticas a la canciller alemana, Angela Merkel, le han valido el título de "populista peligroso" en los medios alemanes.

Nombrado candidato para la presidencia de la CE por el Partido de la Izquierda Europea (PIE) en diciembre de 2013, divide su tiempo haciendo campaña a favor de Syriza, que tiene como objetivo convertirse en el partido más votado de las elecciones europeas en Grecia, y en viajes a otros países europeos para dar un impulso a las listas de izquierda.

"No soy el candidato del Sur europeo. Soy el candidato de todos los pueblos, de todos los ciudadanos que quieren una Europa liberada de la austeridad y de la recesión, que vivan en el Sur o en el Norte", declaró tras su designación como candidato del PIE.

Nacido el 28 de julio de 1974, cinco días después del restablecimiento de la democracia en Grecia, creció en un barrio de clase media de Atenas y ya en el instituto despuntó como un activo militante de las Juventudes Comunistas, especialmente durante las protestas contra los recortes al gasto educativo en 1990 y 1991.

Estudió ingeniería civil en la Universidad Técnica de Atenas y cuenta con un posgrado en planificación urbanística, aunque abandonó pronto la actividad profesional para dedicarse a la política.

En las pugnas ideológicas de la década de 1990 que dividieron al movimiento comunista griego, tomó partido por los eurocomunistas de Synaspismós frente a la línea ortodoxa del Partido Comunista de Grecia (KKE).

En 1999 fue elegido secretario de las juventudes de Synaspismós, cargo que mantuvo hasta 2003.

Pero el gran salto para Tsipras llegó en 2006 cuando, como cabeza de lista para las municipales de Atenas, obtuvo más del 10 % de los votos, un éxito sin precedentes para su formación.

A partir de 2008, se hizo cargo de la presidencia de Synaspismós, el partido mayoritario de Syriza, y apenas asumió su nuevo puesto estalló una importante revuelta juvenil a raíz del asesinato de un adolescente por un agente de Policía.

Durante la revuelta, insistió en la necesidad de buscar soluciones a los problemas de los jóvenes y fue muy criticado por el resto del espectro político por no condenar sin ambages la violencia callejera, algo que supuso una importante pérdida de apoyo de Syriza en las encuestas.

Tras las elecciones legislativas de 2009 -en las que su partido consiguió el 4,6 % de los votos, una bajada de medio punto respecto a los anteriores comicios- fue elegido por primera vez diputado y se convirtió en el jefe de grupo parlamentario más joven de las últimas décadas.

Durante los cuatro años bajo el programa de austeridad de la troika, Tsipras ha sabido conectar con los ciudadanos griegos, que han visto su poder adquisitivo severamente mermado y que se muestran cansados de la corrupción de los partidos tradicionales, el socialdemócrata Pasok y la conservadora Nueva Democracia (ND).

Dos años después del éxito electoral que le convirtió en jefe del principal partido de la oposición su discurso sigue siendo el mismo: lograr un vuelco electoral en Grecia que abra Europa al cambio político.

Tsipras no está casado -una rareza en la conservadora sociedad griega- sino que convive con su pareja, a la que conoció en el instituto, y con la que tiene dos hijos, que no están bautizados. De hecho, sus adversarios conservadores han pedido al líder de la izquierda que clarifique si es ateo o no.

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