El caso Duque conmociona al PSOE: "¿Quién va a querer ahora ser ministro?"

  • Los socialistas protegen a su ministro estrella y ahora algunos se arrepienten de haber situado el listón tan bajo durante su etapa en la oposición.
Pedro Duque y Román Escolano
Pedro Duque y Román Escolano
EFE

Pedro Duque paseaba este agosto por el paseo marítimo de Jávea junto a su mujer ajeno a lo que le iba a suceder un mes después. Ese chalet alicantino del número 18 de la calle Petrer, donde el matrimonio pasó sus escasos días de vacaciones veraniegas, ha provocado un nuevo terremoto para el Gobierno de consecuencias todavía inciertas. En el PSOE la situación también es de alerta ante un Ejecutivo que recibe "torpedos" desde varios frentes que erosionan día tras día la imagen de un Consejo de Ministros que de momento ya ha visto dimitir a dos de sus miembros.

"No hay semana tranquila para nosotros, si no es una cosa es otra", afirma un destacado diputado socialista. "Han ido a por el ministro más débil", asegura otro lamentando que Duque haya sido en esta ocasión el blanco de los ataques. El astronauta no es un político profesional y ha acusado personalmente lo sucedido. Había salido a correr por la mañana y cuando acabó su entrenamiento se encontró con toda la polémica.

Fue un nuevo día de nervios para Moncloa y Ferraz. Es más, en el PSOE existe la sensación de que los futuros ministros serán profesionales de la política porque los independientes no querrán implicarse más en el servicio público desde el poder ejecutivo. "¿Quién querrá ser ministro a partir de ahora con todo esto y con un severo régimen de incompatibilidades en los dos años siguientes?", se preguntan en la bancada socialista conscientes de que esas "personas de reconocido valor y prestigio" de las que habló Sánchez en su primer día se lo pensarán mucho si reciben una llamada del presidente del Gobierno. "Al final no quedará nadie", sentencian.

Moncloa ha protegido a Duque como no lo había hecho antes con cualquier otro ministro cuestionado, ni con Huerta, ni con Montón, ni con Robles, ni con Delgado había actuado Presidencia con tanta contundencia. "No hay caso", declaraban fuentes del entorno de Sánchez ya desde por la mañana; "Duque es un gran ministro de Ciencia, Innovación y Universidades, además de un ciudadano ejemplar". El presidente habló con su ministro de Ciencia desde Nueva York para transmitirle "todo su apoyo".

El problema del "listón"

Huerta habló de "jauría", Montón de "máquina del fango", Lastra de las "cloacas" en referencia a los audios de Delgado. Diferentes términos para referirse a quienes intentan acabar con los ministros de Sánchez. En el PSOE, sin embargo, también hacen alusión a la etapa en la oposición y cuando los propios socialistas situaron el "listón" ético tan bajo. No hace mucho que el propio Sánchez afirmaba con motivo del polémico Máster de Cristina Cifuentes en la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) que su dimisión era una "condición necesaria pero no suficiente". Esos "compromisos con los votantes" que ahora están acusando. Algo similar ocurrió con el título de Pablo Casado.

"Mantener el discurso que hizo Pedro en su día es ahora para nosotros un problema", afirman desde el partido del Gobierno. Es más, el caso Duque, aunque el ministro dijera que no creó la sociedad para intentar eludir el pago de impuestos, "es un comportamiento que va en contra del mensaje que queremos dar desde el Gobierno", añaden. "Difícil cohabitación", sentencian.

Un ministro tímido en la picota

El pasado viernes 21 de septiembre era un día importante para el astronauta Duque. Ese día tomaba la 'alternativa' en Moncloa. Fue la primera rueda de prensa del titular de Ciencia tras el Consejo de Ministros. Se apoyó en un powerpoint y realizó un anuncio importante para su negociado: 170 millones en ayudas a investigadores jóvenes. Cuando abandonaba la sala comentó, en privado, que se había sentido "bien", aunque no recibió ninguna pregunta de los periodistas. Ahora no volverá por un tiempo a esa sala de prensa.

Lo cierto es que Pedro Duque era hasta hace unos días un ministro que podía pasar semidesapercibido en su día a día sin el traje y la corbata. En el CIS de julio era conocido por el 38,7% de los españoles, pero su vida era de lo más normal. Salía a correr por las mañana o acudía al supermercado, como ocurrió este verano en Jávea, sin que apenas nadie le reconociera. Ahora esta tranquilidad ha saltado por los aires

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