El CNI amplía su sede y ficha a 600 espías ante los ataques a empresas estratégicas

  • El organismo está culminando la ampliación de sus instalaciones que servirán para ubicar a agentes especializados en yihadismo y ciberseguridad.
CNI amplía su sede.
CNI amplía su sede.

El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) se hace más grande. El organismo que se encarga de facilitar al Gobierno informaciones, análisis, estudios o propuestas que permitan prevenir y evitar cualquier peligro, amenaza o agresión contra nuestro país está construyendo nuevas oficinas en su sede central ubicada en la carretera de la Coruña, en la famosa Cuesta de las Perdices de Madrid. En estos inmuebles tendrán su lugar de trabajo hasta 600 nuevos agentes que se incorporarán a los servicios de Inteligencia españoles a lo largo de los próximos cinco años.

Las nuevas instalaciones del CNI están ubicadas en una manzana contigua a la histórica sede central. Se trata de un terreno situado pared con pared con la conocida estrella de tres puntas donde se ubican los despachos de los principales responsables de la Inteligencia española, tanto del secretario de Estado Director del Centro, Félix Sanz Roldán, como de su número dos, la secretaria general, Paz Esteban. Hay que recordar que el organismo público tiene otras instalaciones en El Pardo, cerca de la entrada de Zarzuela y junto al Acuartelamiento militar General Zarco del Valle.

Estas nuevas oficinas servirán para alojar a los seis centenares de nuevos agentes que está fichando el CNI para los próximos años, uno de los mayores incrementos de efectivos de los servicios de Inteligencia. Se trata, esencialmente, de nuevas incorporaciones de especialistas en terrorismo yihadista, la principal amenaza tras el final de ETA, y en ciberseguridad y ciberespionaje. El propio CNI ha admitido que el espionaje a empresas estratégicas de nuestro país, como Telefónica, Repsol o Gas Natural, es el mayor problema de seguridad que tiene España en este momento. En 2016 hubo 20.940 ataques a compañías punteras y en 2017, a la espera de cerrar las cifras oficiales, se registraron más de 25.000.

Sede central del CNI
Sede central del CNI

Las nuevas instalaciones del CNI se encuentran en la última fase de su construcción y empezarán a estar operativas a corto plazo. Actualmente, los técnicos están realizando los últimos retoques y comenzando a instalar los sistemas de seguridad necesarios en una infraestructura considerada "crítica" para el Estado. Así, en estas dependencias se está instalando un control de accesos como el que ya existe en la sede central, así como el correspondiente circuito cerrado de televisión que grabará todos los movimientos en las instalaciones. También se ha ampliado el perímetro de la sede del CNI y, por tanto, se han instalado nuevas cámaras de grabación y detectores de movimiento con sensores infrarrojos para evitar intrusos. Todas estás obras son consideradas "secretas".

El CNI dispone desde el año pasado de 161 millones de presupuesto, unos 20 más que en 2016 (este 2018 podrá hacer uso de la misma cifra si no se aprueban los nuevos Presupuestos Generales). Fue en abril de 2017, coincidiendo con el órdago independentista, cuando los servicios de Inteligencia españoles vieron incrementado en un 8,3% su presupuesto. Fue el anuncio más destacado que hizo la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría cuando se subió a la tribuna del Congreso para defender las cuentas de su negociado. La número dos del Gobierno justificó este incremento en una necesidad por mejorar la capacidad tecnológica del CNI y calificó esa competencia como "esencial" para reforzar la lucha tanto contra el terrorismo islamista como contra los ciberataques.

Tres momentos delicados para el CNI en 2017

Durante 2017 España ha sido objetivo de tres ciberataques especialmente delicados por su peligrosidad. El primero fue el famoso Wannacry, un software malicioso que provocó un viernes de pánico en varias empresas del Ibex 35. En el CNI han hecho balance de este ataque y han llegado a varias conclusiones destacadas: en primer lugar, creen que la vía de infección no fue un correo electrónico, sino que se introdujo en las redes informáticas de las compañías a través de un puerto abierto. Por ejemplo, se comprobó con estupor cómo la tablet de una ambulancia se infectó por tener uno de sus puertos sin protección.

En segundo lugar, en los servicios de Inteligencia consideran que fue un aviso, más que un ataque para conseguir dinero. ¿El motivo? Los ciberdelincuentes, conocidos como The Shadow Brokers, acumularon 70.000 euros hasta en tres monederos pero nunca los llegaron a cobrar. Se cree, por tanto, que fue un experimento para comprobar vulnerabilidades. Para solucionar el incidente, el CCN creó una herramienta propia llamada "No more cry" que consiguió solventar todo en cuestión de horas.

El ataque más peligroso que ha sufrido España en este año es el llamado "Non Petya", el virus que se coló en miles de ordenadores españoles a través de una aplicación de contabilidad. Fue un malware que limpiaba totalmente el disco duro pero, como en el caso del Wannacry, los agresores parecían no buscar un beneficio económico ya que no adoptó las medidas de cobro que emplean habitualmente otros ciberdelincuentes.

El tercer ataque de importancia que afectó a España se produjo en el mes de marzo y apenas trascendió su existencia. Fue un incidente similar al Wannacry pero que afectó a los servidores Apache y en el que el atacante se convertía en administrador del sistema. En este caso los hackers consiguieron penetrar en decenas de sitios web de la Administración General del Estado, lo que provocó problemas con los archivos confidenciales que la AGE guarda de miles de españoles. El CNI volvió a solucionar el problema en cuestión de unas horas.

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