El condenado a abandonar su casa por ruidos causados alega racismo de vecinos

  • Tomás Valera, el hombre al que la Audiencia de Valencia ha condenado junto a su mujer a no residir en su propia vivienda durante tres meses por causar molestias y ruidos a los vecinos de su finca, ha alegado "racismo" hacia su mujer, procedente de Guinea Ecuatorial, en las quejas de los vecinos denunciantes.

Valencia, 10 oct.- Tomás Valera, el hombre al que la Audiencia de Valencia ha condenado junto a su mujer a no residir en su propia vivienda durante tres meses por causar molestias y ruidos a los vecinos de su finca, ha alegado "racismo" hacia su mujer, procedente de Guinea Ecuatorial, en las quejas de los vecinos denunciantes.

En declaraciones a EFE, Valera, vecino de Xirivella (Valencia), ha mostrado su "sorpresa" por el fallo de la sentencia de la Sección Séptima ya que "no lo esperaba", y ha recriminado a sus vecinos que sus reclamaciones comenzaran a partir de que su mujer se instalara en su vivienda.

"Los ruidos de una casa son los corrientes y normales", ha añadido el condenado, quien ha insistido en que los propietarios de la vivienda contigua a la suya jamás han percibido ninguna molestia por su parte.

Asimismo, ha defendido que las grabaciones utilizadas por los vecinos como prueba de música alta durante la madrugada "no sirven porque la música no se escucha fuerte e incluso se puede escuchar el paso de los aviones".

Beatriz Bono, que tiene su vivienda en frente de la del condenado, ha calificado de "excesivo" el fallo del juez y de desmesuradas las quejas del resto de vecinos porque, "aunque a veces se escuche llorar a niños, es de la misma forma que puede llorar cualquier otro".

En cambio, la presidenta de la comunidad de vecinos en el momento en que se interpuso la denuncia, Mila Ponferrada, ha recordado que los motivos por los que en 2006 se acudió a los tribunales fue por las molestias que causaba al resto de vecinos "la música muy alta y la gente que entraba y salía del patio a gritos a las 4.00 o 5.00 horas".

"Esta situación puede ser admisible un día e incluso hasta dos, pero cuando llevas más de 300 días desquicia un poco. Ha habido personas en tratamiento psicológico", ha apuntado la ex presidenta de la comunidad, quien ha comentado que, "a esas horas, la gente descansa y quiere dormir, pero precisamente no podían hacer eso".

Por su parte, la abogada de la comunidad de vecinos, Nuria Sancho Tello, ha aclarado que "la ley de propiedad horizontal contempla la posibilidad de privar del uso de la vivienda hasta un plazo máximo de dos años", pero de momento el juez sólo "ha decidido que sean tres meses".

La abogada ha ratificado los motivos de la denuncia por "música, gritos, palmas, bailes a altas horas de la madrugada que perturbaban la tranquilidad a la que todo el mundo tiene derecho" por la noche.

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