El cruzado anticorrupción Arvind Kejriwal alcanza el poder en la India

  • La lucha anticorrupción en la India del activista Arvind Kejriwal comenzó hoy una nueva etapa con su nombramiento como nuevo jefe de Gobierno en Nueva Delhi, al pretender renovar a través de la política lo que no consiguió en las calles.

Moncho Torres

Nueva Delhi, 28 dic.- La lucha anticorrupción en la India del activista Arvind Kejriwal comenzó hoy una nueva etapa con su nombramiento como nuevo jefe de Gobierno en Nueva Delhi, al pretender renovar a través de la política lo que no consiguió en las calles.

"Mi vida no ha cambiado, pues siempre ha sido una batalla contra la injusticia y la corrupción. Los métodos y las estrategias puede que cambien, pero la batalla es la misma", aseguró en una entrevista Kejriwal, tocado con el gorro blanco que popularizó Jawaharlal Nehru, el padre de la independencia india.

El líder del Partido Aam Aadmi (AAP, Partido del Hombre Común), creado hace un año, ha querido escenificar desde el principio sus nuevas maneras de gobernar y dejar así atrás el "elitismo" de aquellos que se acercan a la política para buscar "poder y dinero".

Kejriwal, que hoy juró su cargo en un parque público -al que se desplazó en metro- ante 100.000 seguidores, vivirá en un apartamento en Nueva Delhi en vez de en la residencia oficial y ha rechazado la protección policial o las luces rojas de alerta en su vehículo.

"Nunca imaginé que podría haber una revolución como esta. Nuestra victoria parece un milagro. Hoy el hombre común ha ganado", afirmó Kejriwal en su primer discurso como nuevo jefe de Gobierno.

Este hombre delgado y de aspecto frágil tras sus anteojos, nació hace 45 años en el pueblo de Siwani, en el estado de Haryana, a unos 200 kilómetros de Nueva Delhi, en el seno de una familia culta de clase media cuyo único medio de transporte era una "scooter".

El joven Kejriwal se licenció en Ingeniería Mecánica a finales de los 80 y tras un breve trabajo en Tata Aceros, en 1995 consiguió una plaza de funcionario en la Hacienda india, donde se empapó de los mecanismos del sistema.

Esa experiencia le movió a fundar en 1999 la ONG Parivartan (Cambio) para ayudar en temas fiscales a gente de pocos recursos, un primer paso al que siguió, a partir de 2006, su pleno activismo en la revelación de casos de malas prácticas, corrupción o evasión fiscal gracias a la ley de Derecho a la Información.

"Pero nos dimos cuenta de que era una herramienta insuficiente si nadie iba a prisión", rememoró Kejriwal, por lo que comenzó, bajo el liderazgo del septuagenario Anna Hazare, la lucha para crear un defensor del pueblo que investigase los casos de corrupción.

Conocido como Ley Lokpal, fue aprobado finalmente la semana pasada, después de las multitudinarias movilizaciones que vivió el país en 2011 y de las huelgas de hambre que protagonizaron tanto Hazare como Kejriwal.

Fue entonces, a pesar de la insistencia de Anna Hazare sobre lo "sucia" que está la política, que decidió "dar un paso adelante y limpiar el sistema desde dentro".

Y llegó el éxito de las elecciones de Nueva Delhi, donde una alianza con el Partido del Congreso le permitió llegar al poder.

Una victoria que trajo consigo, avisó Kejriwal, "mucha responsabilidad", por lo que pidió a los miembros de su partido que no sean "arrogantes" y que nunca olviden que están "para servir al pueblo".

"Por favor, jurad conmigo: 'Nunca aceptaré un soborno, nunca pagaré un soborno", sentenció el nuevo jefe de Gobierno.

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