El despacho de Moscardó, uno de los principales atractivos del museo militar de Toledo

  • Toledo.- El despacho del general Moscardó, cabeza de las tropas nacionales durante el asedio de los republicanos al Alcázar de Toledo al inicio de la Guerra Civil, se ha convertido en uno de los principales atractivos del Museo del Ejército, inaugurado el pasado 19 de julio por el Príncipe Felipe de Borbón.

El despacho de Moscardó, uno de los principales atractivos del museo militar de Toledo
El despacho de Moscardó, uno de los principales atractivos del museo militar de Toledo

Toledo.- El despacho del general Moscardó, cabeza de las tropas nacionales durante el asedio de los republicanos al Alcázar de Toledo al inicio de la Guerra Civil, se ha convertido en uno de los principales atractivos del Museo del Ejército, inaugurado el pasado 19 de julio por el Príncipe Felipe de Borbón.

Desde ese pequeño habitáculo de apenas 25 metros cuadrados, el general Moscardó dirigió durante los primeros días de la Guerra Civil, con escasos alimentos, a las 1.800 personas que resistían en el Alcázar de Toledo los bombardeos de artillería y aviación del Gobierno de la República.

La expectación que despierta el histórico despacho, que provoca largas colas para verlo, en particular los fines de semana, contrasta, sin embargo, con la frustración de muchos visitantes por no poder escuchar la reproducción de la histórica conversación, entre el general y su hijo el 23 de julio de 1936, antes de ser fusilado días después de que Moscardó decidiera unirse desde Toledo a la incipiente rebelión del general Francisco Franco.

La línea de teléfono de Moscardó, desde la que solo podía recibir llamadas, estaba intervenida desde el principio del asedio, por lo que el famoso diálogo del general con su hijo quedó registrado.

En esa conversación, un republicano, que se identificó como jefe de las milicias de Toledo, amenazó a Moscardó con fusilar a su hijo Luis, de 24 años, si no se rendía, algo a lo que el general se negó.

Ante la negativa, los republicanos le pusieron a Luis Moscardó al teléfono, quien le confirmó la amenaza, a lo que su padre contestó: "si es cierto, encomienda tu alma a Dios, da un viva a Cristo Rey y otro a España y muere por ella como un héroe. Adiós, hijo mío. Un beso muy fuerte", según recoge el libro de Francisco Martínez: "Toledo 1936. Asedio y liberación del Alcázar".

"Era una conversación que realmente estremecía a la gente cuando la escuchaba", comenta a Efe Pedro, uno de los visitantes que lamenta también que se hayan eliminado del Museo del Ejército otros vestigios que rememoraban la resistencia de Moscardó, como la cripta o la enfermería en la que eran atendidos los heridos en la batalla.

Manuel, de 75 años, lamenta que "la política" acabe con este tipo de recuerdos, aunque indica que es gratificante que se pueda visitar al menos el despacho del general tal y como quedó después del asedio.

El Ministerio de Defensa, con la apertura del Museo del Ejército, decidió finalmente exponer al público el despacho del general, a pesar de las dudas iniciales, pero se eliminó de éste su mobiliario y la megafonía que reproducía la conversación del general con su hijo, algo que sí estaba disponible en varios idiomas cuando el Alcázar albergaba el antiguo "Museo del Asedio".

El despacho ahora es una sala semi vacía, con las paredes desconchadas, donde cuelga del techo una lámpara coetánea a Moscardó, una vieja mesa sobre la que hay un teléfono, posiblemente desde el que se produjo la conversación, algunas fotografías del asedio al Alcázar en las paredes y una estantería que muestra los retratos de los directores de la Academia de Infantería de Toledo, desde 1875 a 1936.

La única referencia a la conversación que hay en el despacho se encuentra en cuatro folios escritos a mano que pertenecen al denominado "Diario de Operaciones del Asedio", en los que no se reproduce el diálogo pero sí se hace alusión al mismo.

El despacho, situado en una esquina del pasillo dedicado a la Guerra de la Independencia, es uno de los lugares más concurridos por los más de 145.000 visitantes que han visitado el museo desde su apertura hasta noviembre.

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