El duro camino hacia la innovación

  • Pilar Palazuelos.

Pilar Palazuelos.

Santander, 30 ene.- Innovar es el futuro pero cuesta, y consciente de esta realidad la Fundación Botín está inmersa en plena convocatoria de la VI edición de su programa de Talento Solidario, que quiere sumergir a las organizaciones sociales en esa cultura innovadora en los procesos que impulsan y en su método de trabajo.

Hoy en Santander esta fundación ha celebrado una jornada en la que ha presentado su programa de Talento Solidario a organizaciones de Cantabria.

Además de la búsqueda de la innovación, esta iniciativa resulta doblemente rentable, porque contribuye a sacar del desempleo a profesionales valiosos para que ayuden a las organizaciones a gestionarse con más eficiencia.

En sus cinco ediciones anteriores, Talento Solidario ha rescatado del paro a más de setenta personas, al financiar el cien por cien de su contratación durante un año -prorrogable a dos-.

Pero el paraguas del programa de Talento Solidario es más amplio, y en estas cinco ediciones, según los cálculos de la Fundación Botín, se han beneficiado más de 1,8 millones de personas de forma directa o indirecta, debido a los 64 proyectos sociales innovadores puestos en marcha para 239 entidades.

Para los más de setenta empleos que se han cubierto llegaron cerca de 10.500 solicitudes de profesionales altamente cualificados que estaban en paro, y en la anterior convocatoria fueron 550 las propuestas de entidades de casi toda España.

Pero, pese a que sean muchas las peticiones, la Fundación Botín desea recibir más, para ponérselo todavía más difícil al comité de evaluación que debe hacer una primera criba para dejarlas en alrededor de medio centenar de finalistas.

El director del Observatorio de Tendencias de la Fundación Botín, Javier García-Cañete, ha ejercido de maestro de ceremonias en esta presentación, en la que ha pedido a las organizaciones que tengan la confianza de plantear sus proyectos.

García-Cañete ha insistido ante las organizaciones en la que la clave es la innovación, y que el éxito en esta convocatoria pasa por ese camino. "El proyecto tiene que sonar a innovador, entendiendo como tal el pensar cómo se pueden cambiar las formas de hacer las cosas", ha indicado el responsable de la fundación.

Los proyectos también deben ser sostenibles y tener impacto, con la aspiración de convertirse en un modelo con capacidad de réplica, y este año, como novedad, se quieren fomentar la colaboración y los proyectos conjuntos.

A quienes den el paso y presenten sus propuestas se les ha pedido que huyan de la tentación de pedir un profesional "con un nombre y apellidos", pese a que sea muy socorrido pensar en los colaboradores que ya están más a mano.

La convocatoria está abierta hasta el 16 de febrero, para empresas de cualquier sector de actividad, con una antigüedad mínima de tres años, ingresos que no superen los dos millones de euros anuales y 25 trabajadores en plantilla como mucho.

García-Cañete ha dicho a las organizaciones que a partir de mediados de febrero comienzan "los cargos de conciencia" en el comité evaluador. "Nos sentimos receptores de una ilusión y, por desgracia, no vamos a ser capaces de responder a todas las solicitudes", ha apostillado.

Las organizaciones que presenten proyectos tendrá su primer desafío a la hora de acompañar su solicitud de un vídeo de corte casero y sin alharacas que ayude a conocer su realidad.

Al final, los seleccionados no suelen pasar de la quincena en cada convocatoria, para iniciar un camino esperanzador porque los resultados del programa dan muestras de éxito, con un 80 % de proyectos que han continuado más allá del periodo de ayuda de la fundación.

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