El ébola se lleva por delante al consejero madrileño de Sanidad

  • Recomponer las "maltrechas" relaciones con los profesionales era el gran objetivo de Javier Rodríguez cuando el pasado 28 de enero tomó posesión como consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, pero solo meses después, la crisis del ébola ha forzado su salida entre una agria polémica con los sanitarios.

Evaristo Amado

Madrid, 4 dic.- Recomponer las "maltrechas" relaciones con los profesionales era el gran objetivo de Javier Rodríguez cuando el pasado 28 de enero tomó posesión como consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, pero solo meses después, la crisis del ébola ha forzado su salida entre una agria polémica con los sanitarios.

El primer contagio de Ébola conocido fuera de África ha desembocado en el cese, en meses, del sucesor de Javier Fernández-Lasquetty, dimitido tras renunciar el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, a llevar adelante el plan de privatización de la gestión de 6 hospitales y 27 centros de salud.

En su estreno como consejero, Rodríguez (Madrid, 1943) se comprometió con los profesionales en mantener un sistema sanitario "público, de la máxima calidad y universal", pero en las últimas semanas no ha hecho más que coleccionar peticiones de cese o dimisión e, incluso, críticas desde su propio partido, por declaraciones "fuera de lugar" sobre el contagio de ébola.

Porque su insistencia en que, tras el contagio, Teresa Romero pudo haber mentido o ocultado información sobre su estado de salud, colocó a Rodríguez en el ojo del huracán en una crisis que las últimas declaraciones del consejero no han hecho más que recrudecer.

Frases como que no hace falta un máster para explicar a alguien cómo se tiene que quitar y poner un traje, o que llegó "comido" a la política y tiene la vida "resuelta", le granjearon en los últimos días numerosas críticas de partidos políticos, sindicatos y profesionales sanitarios con los que buscaba recomponer relaciones.

La gota que ha colmó el vaso fueron las declaraciones de ayer en las que el ya exconsejero aseguró que si él "lo hubiese hecho mal", la auxiliar de enfermería Teresa Romero "no estaría hablando". Rodríguez volvía así al foco informativo.

Cirujano de profesión y durante muchos años portavoz de Sanidad del grupo Popular en la Asamblea de Madrid, siempre ha sido un hombre "sin pelos en la lengua", como han reconocido algunos compañeros de grupo, una característica que los grupos de la oposición han resumido en los últimos días calificándolo de portavoz "bronco".

Tras un arranque en el que se entrevistó con todos los sectores sanitarios en un intento de parar el aluvión de críticas contra el plan para externalizar la gestión hospitalaria, el paso por la Consejería de Rodríguez ha sido de todo menos tranquilo.

Porque, además de la llegada de los dos misioneros repatriados tras el contagio por ébola y el contagio de Romero, Rodríguez se vio obligado este verano a anunciar la apertura de una investigación para esclarecer la posible cesión de datos de pacientes por parte del Hospital de Fuenlabrada a una clínica privada.

Días después, aceptó la dimisión del gerente del hospital por "presuntas" irregularidades administrativas en la cesión de datos de pacientes a clínicas privadas y cesó a otros dos cargos del centro.

Nacido en Madrid en 1943, Rodríguez es doctor en medicina y cirugía, médico especialista de medicina interna y de nefrología y catedrático de Patología General de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense, de la que también es vicedecano.

Fue jefe de la Unidad de Hipertensión del Hospital General Universitario Gregorio Marañón y su carrera política empezó en 1983 como concejal del Partido Popular de Las Rozas, del que es presidente.

Asimismo, fue consejero del ente público Telemadrid entre los años 1995 y 2001.

Diputado en la Asamblea de Madrid desde 1987, es además miembro de la Junta del Partido Popular de Madrid, así como de la Comisión Regional y Nacional del Partido Popular.

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