El ejército español ha expulsado de sus filas a 200 militares en la última década

  • En este período de diez años las suspensiones de empleo definitivas de miembros de las Fuerzas Armadas han aumentado un 686%.
Desde 2008 ha habido tres oficiales del Ejército que también han sido expulsados (Foto: Servimedia)
Desde 2008 ha habido tres oficiales del Ejército que también han sido expulsados (Foto: Servimedia)

Las Fuerzas Armadas han expulsado a 198 militares del Ejército en casi una década, desde 2009 hasta mitad de julio de 2018, según los datos del Ministerio de Defensa a los que ha accedido Servimedia tras una petición de acceso a la información.

El Ministerio de Defensa anunció este jueves que Alfonso Jesús Cabezuelo, uno de los cinco miembros de 'la Manada' que abusó sexualmente de una joven en los Sanfermines de 2016, también había sido expulsado. Por lo cual, la cifra asciende ya a 199, aunque no se tienen datos actualizados desde mitad de julio hasta este mes de octubre, con la excepción de Cabezuelo.

Según los datos de 2018, siempre hasta mitad de julio, ha habido 45 militares suspendidos de empleo de forma definitiva, 46 si se cuenta también a Cabezuelo. El año pasado, 2017, la cifra se sitúo en 55.

Estos números tan elevados no han sido demasiado habituales. En 2016 el Ministerio de Defensa expulsó a 12 militares, en 2015, a 20 y en 2014, a otros 12. Por tanto, en los últimos dos cursos el número de expulsiones ha crecido de forma exponencial.

Incremento de las suspensiones

En diez años las suspensiones de empleo definitivas de miembros del Ejército han aumentado un 686%, ya que de siete expulsados en 2008 se ha saltado hasta los 55 casos que se dieron en 2017.

El Ministerio de Defensa indica que se trata de sentencias firmes de suspensión de empleo en contraposición a otras sanciones disciplinarias que pueden recibir los militares como "suspensiones de empleo inferiores a 6 meses", "suspensiones de empleo superiores a 6 meses", "suspensiones de funciones" o "pérdidas de destino".

De todos modos, la solicitud realizada por Servimedia conforme a la Ley de Transparencia también pedía los motivos y cargos concretos que habían causado la imposición de las sanciones a cada uno de los militares, pero Defensa no ha querido aclararlos.

Los datos que sí ha hecho públicos el ministerio son los rangos de los militares suspendidos. La mayoría de los militares expulsados de forma permanente, 178 de 205, son soldados. Algo normal, ya que es el rango más habitual dentro del Ejército. De todos modos, también se encuentran cargos más elevados.

Desde 2008 ha habido tres oficiales del Ejército que también han sido expulsados. Un coronel, un teniente y un capitán de la marina. El escalafón más alto entre estos tres es el de coronel, el quinto rango de mayor jerarquía dentro del Ejército, sin contar el de capitán general, que corresponde al Rey Felipe VI por sus funciones constitucionales. Entre los miembros de las Fuerzas Armadas expulsados desde 2008 también hay suboficiales, sargentos, cabos, brigadas y marineros.

Sentencia condenatoria

Alfonso Jesús Cabezuelo fue uno de los cinco condenados por los abusos sexuales cometidos contra una joven en los Sanfermines de 2016. Según se publicó este jueves en el Boletín Oficial del Estado (BOE), ha sido expulsado de las Fuerzas Armadas y ha perdido su condición de militar, debido a la sentencia condenatoria de la Audiencia Provincial de Navarra.

Además, el Ministerio de Defensa recordó que desde que se le decretó prisión provisional el soldado estaba suspendido de funciones. Se trata de una sanción más leve, por la cual los miembros del Ejército no pueden trabajar, pero tampoco dejan de pertenecer a las Fuerzas Armadas.

Después, una vez se decretó la libertad para los miembros de la Manada, tuvo que volver a su puesto de militar en activo y siguió manteniendo su sueldo, aunque no se le asignó ningún destino, otro tipo de penalización que impone el Ejército. El militar de la manada, por tanto, estaba cobrando como soldado, aunque en realidad no trabajaba ni tampoco estaba privado de libertad, como cuando se encontraba en la cárcel.

La suspensión de funciones, sea con pérdida de destino o no, es una sanción más común que la suspensión de empleo permanente. En 2018, hasta la mitad de julio, se ha impuesto esta penalización a 72 militares.

En 2017 hubo 80 militares a los que se les suspendió sus funciones, en 2016, 52, en 2015, 77 y en 2014, 122. Ninguno de estos soldados penalizados deja de cobrar su salario, pero se les puede inducir a esta situación por otros motivos más allá de la prisión preventiva, que sí fue la causante para la sanción a Cabezuelo.

Los militares a los que se les hayan imputado delitos que puedan generar alarma social o perjudicar al Ejército o los miembros de las Fuerzas Armadas que hayan realizado faltas muy graves también pueden ser suspendidos de sus funciones. En estos casos hay una diferencia, el periodo de penalización no puede exceder los seis meses. En cambio, los que son suspendidos por una pena de cárcel cuando son puestos en libertad vuelven a figurar como militares en activo y recuperan su puesto de forma inmediata.

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