Afganistán "está en segundo lugar entre los países de origen, es inaceptable. Estamos de acuerdo con el gobierno afgano en que no queremos algo así", dijo el ministro a la prensa, y pidió a los jóvenes y a la clase media que "se queden en su país para reconstruirlo".
"Soldados y policías alemanes cumplen con su parte para que Afganistán sea más seguro, mucho dinero destinado a la ayuda al desarrollo ha ido a parar a Afganistán. Por lo tanto podemos esperar que los afganos se queden en su país", dijo y anticipó "expulsiones".
De enero a septiembre, las autoridades registraron a unas 577.000 personas que prevén pedir asilo en Alemania, entre ellas a 51.643 afganos, en tercera posición después de los sirios y los albaneses. De Maizière no aportó datos nuevos, pero afirmó que ahora los afganos ocupan el segundo puesto.
Alemania prevé acoger este año a entre 800.000 y un millón de solicitantes de asilo. El gobierno garantizó una política de puertas abiertas pero también adoptó una serie de medidas para acelerar las expulsiones de migrantes económicos, en particular los originarios de los Balcanes.
Es la primera vez que el ministerio del Interior presenta a Afganistán como un país relativamente seguro pese a un conflicto entre los talibanes, el ejército afgano y una coalición internacional.
De Maizière insistió en que hay "regiones seguras" en Afganistán para refugiarse. "Por eso digo claramente hoy: los que vienen como refugiados de Afganistán no pueden contar con poder quedarse todos en Alemania", recalcó.
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