Jerusalén, 23 ene.- El empate con 60 escaños entre el bloque de derecha y religioso, y el resto de partidos, obligará al primer ministro israelí en funciones, Benjamín Netanyahu, a buscar socios en el otro bloque, que agrupa al centro, la izquierda y los árabes, para formar gobierno.
Aunque el partido encabezado por Netanyahu (el Likud-Beitenu, la unión de su formación con la de su socio Avigdor Lieberman), ha sido la fuerza más votada, las formaciones de derecha y religiosas no han logrado una mayoría absoluta y se han quedado en 60 diputados, exactamente la mitad de la Cámara.
A los 31 escaños del Likud-Beitenu, se podrían sumar los de sus socios naturales: los 11 escaños del ultra-ortodoxo sefardí Shas, los 7 del askenazí Judaísmo Unido de la Torá y los 11 del sionismo religioso Hogar Judío (Habayit Hayehudi), encabezado por Naftalí Bennett. Con todos ellos se alcanzarían los 60 asientos.
El arco parlamentario de los partidos de centro e izquierda sumarían otros 60 escaños, con la estrella de la noche electoral, el partido Yesh Atid, de Yair Lapid, que ha logrado un espectacular resultado con 19 escaños; el laborista, de Shelly Yajimovich, que ha conseguido 15; Hatnuá, de Tzipi Livni, con 9; el pacifista Meretz con 6, el izquierdista Hadash con 4, el centrista Kadima con 2.
A estos se añadirían los ocho escaños que han conseguido los partidos árabes: 3 Balad y 5 la Lista Árabe Unida-Taal.
La paridad de ambas partes obligará a Netanyahu a salirse de su bloque para recabar apoyos a su gobierno de los partidos de centro e izquierda, entre los que el más probable socio sería Yair Lapid.
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