El ex concejal del PP niega las acusaciones de los niños y las achaca a presiones ajenas y venganza

  • Palma.- El ex concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Palma Javier Rodrigo de Santos ha negado hoy todos los cargos que se le imputan por supuestos abusos sexuales a tres menores y ha achacado las acusaciones a una presión ajena sobre las supuestas víctimas, y a una venganza en el caso de un joven de 18 años.

Palma.- El ex concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Palma Javier Rodrigo de Santos ha negado hoy todos los cargos que se le imputan por supuestos abusos sexuales a tres menores y ha achacado las acusaciones a una presión ajena sobre las supuestas víctimas, y a una venganza en el caso de un joven de 18 años.

De Santos ha explicado que sí conocía y mantenía una buena relación con la familia de los tres chicos que le acusan de haber abusado sexualmente de ellos en la propia casa del ex edil, si bien ha remarcado que eran personas necesitadas al ser inmigrantes y formar una familia de 9 de hermanos, y que los críos eran "un poco liantes" y veían la vida de una forma "distinta".

No obstante, ha insistido en que no cree que la familia le haya denunciado por que tenga nada contra él, sino que es algo "ajeno a ellos; es una presión que les viene a ellos de fuera y, probablemente, tenga relación con su situación en España", aunque ha remarcado que es sólo una conclusión a la que él ha llegado.

En el caso del chico de 18 años, el Fiscal le acusa de realizarle tocamientos y ofrecerle "popper", una droga muy estimulante.

De Santos ha declarado tener mucho más claro el motivo de la denuncia de este joven y ha argumentado que responde a una venganza de la hermana de la supuesta víctima.

Según ella, perdió su empleo por culpa del ex concejal, por lo que le amenazó por teléfono: "Te vas a enterar; te voy a hundir, me dijo", ha asegurado De Santos.

La declaración del ex concejal ante el juez ha comenzado alrededor 10.00 horas y las preguntas del fiscal se han centrado, principalmente, en el caso de los supuestos abusos a los tres menores, todos ellos hermanos, y amigos de los hijos del ex edil, a los cuales conocieron en la iglesia a la que acudían los domingos.

Su relación con la familia era "cordial" e, incluso en algún caso, les ayudó con algunos problemas: al padre le pagó una factura alta de llamadas a números eróticos y a un hermano mayor le prestó 200 euros para arreglar sus papeles de residencia, cantidad que nunca le devolvieron.

El ex político ha admitido que los menores se quedaron en alguna ocasión a dormir en su casa y ha subrayado que los trató con "normalidad". Aunque "no era la práctica habitual", en alguna ocasión pudo haberles dado un beso de "buenas noches" y les habría arropado, ha añadido.

Asimismo, ha reconocido que los llevaba a jugar con sus hijos y les ofrecía llevarles a algunos de los sitios a los que iban porque consideraba que eran una familia necesitada. En este sentido, ha insistido en que los propios críos eran los que se "autoinvitaban" a casa y pedían cosas a sus hijos.

El ex teniente de alcalde de Palma ha mencionado que las supuestas víctimas "eran muy fantasiosas" y ha cuestionado las fechas de los supuestos abusos que han concretado los menores. Así, ha rechazado que el 30 de noviembre de 2007 fuera a un "spa" de la Playa de Palma con uno de los menores porque "ya no iba desde junio".

Respecto a los supuestos abusos sexuales a los críos en el mismo cuarto donde dormían dos hijos suyos, ha sido tajante al afirmar él "jamás" haría algo así: "Sólo por estar mis hijos allí presentes, me parece una barbaridad".

También ha negado que el hermano mayor de los tres menores hubiera sido contratado por él y su esposa para cuidar a sus hijos y que hubiera pernoctado ni siquiera una vez en su domicilio.

"Era el más conflictivo (de los hermanos). Si tuviera que dejar a mis hijos en manos de alguien, nunca sería de él", ha apostillado.

En cuanto a la llamada que de Santos hizo a la madre de los niños ya desde prisión, el ex concejal ha admitido que pidió perdón, pero no por unos abusos que asegura que no cometió sino porque, "como padre", entendía por lo que podía estar pasando la familia, sobre todo debido a la presión mediática por ser él un cargo público.

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