El director de FECYT que dimitió por sus facturas de taxi, a la gerencia del CNIO

  • Ignacio Fernández Vera dejó la fundación tecnológica de Economía tras gastar 25.000 euros públicos en alquilar coches de lujo para viajar a su ciudad
José Ignacio Fernández Vera, nuevo director general de la Fundación Seve Ballesteros
José Ignacio Fernández Vera, nuevo director general de la Fundación Seve Ballesteros
José Ignacio Fernández Vera, nuevo director general de la Fundación Seve Ballesteros
José Ignacio Fernández Vera, ex director general de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología.

Se gastó 25.000 euros en el alquiler de coches de alta gama con conductor para visitar su ciudad, Salamanca. La publicación del escandaloso gasto provocó su salida como director general de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), dependiente de Economía. Ignacio Fernández Vera ha dejado ese puesto para recolocarse en otro en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) el centro de referencia español en la lucha contra el cáncer, también dependiente del departamento de Luis de Guindos, según confirman fuentes de ese organismo.

La noticia, adelantada por la plataforma de divulgación científica Ulûm, ha caído como un jarro de agua fría entre el personal del CNIO que, sin embargo, no ha podido hacer nada para evitarlo. Una portavoz de ese organismo confirma que se incorporó el pasado viernes a su nuevo puesto de trabajo, por lo que todavía no tiene un cometido concreto. Esa misma fuente explica que su llegada ha sido reglada y no producto de un nombramiento, ya que, durante su paso por la FECYT obtuvo una excedencia en el centro de estudios oncológicos que ha tenido la obligación legal de volverlo a incorporar.

Esa misma fuente ha asegurado que Fernández Vera no ocupará ningún puesto en la parte del organigrama dependiente de la Dirección Científica del centro, en cuyo vértice se sitúa la investigadora María Blasco. El polémico exdirector de la FECYT estará destinado en el área de gerencia, la que se ocupa de todas las gestiones administrativas del CNIO así como de gestionar su presupuesto y elaborar sus cuentas. La Dirección de Gerencia tiene el mismo rango jerárquico que la científica en el esquema organizativo del organismo. 

Fuentes del organismo han asegurado que, dada la cercanía de su reincorporación, todavía no se ha estudiado cuál será su cometido concreto, aunque será el director gerente, Juan Arroyo, el que tendrá que decidirlo. Hasta su salida del CNIO, en enero de 2012, Fernández Vera, ocupó varios cargos como el de director de apoyo a la investigación, puesto al que accedió mediante concurso público en 2005. Después ascendió a director de Relaciones Internacionales y, tras un breve paso por la embajada de España en Londres, donde desarrolló un programa de atracción de talento científico, volvió como adjunto a la oficina de gerencia, puesto desde el que solicitó en 2012 la excedencia. Antes de dirigir FECYT, ese mismo año fue por unos meses asesor para asuntos parlamentarios del Ministerio de Economía, según su perfil de LinkedIn. 

Trayectos de hasta 650 euros

Fernández Vera dimitió del cargo de director de la fundación de Economía el pasado 5 de octubre alegando "motivos personales", según fuentes del ministerio. Pero el exresponsable se encontraba en el alero desde que 'El País' publicara en 2016 sus gastos de transporte y la investigación que, en consecuencia, le abrió Hacienda. Entre las cantidades que abonó con dinero de la fundación se encuentran trayectos en coche de lujo de hasta 650 euros para un viaje de ida y vuelta entre Madrid y Salamanca, su ciudad. Ese mismo trayecto en tren cuesta 24,10 euros según la página web de Renfe. En total, los gastos por ese concepto ascendieron a unos 25.000 euros en 2014 y 2015.

Los gastos de transporte del exdirector no fueron los únicos controvertidos durante su mandato al frente de FECYT. La fundación dependiente del Ministerio de Economía contrató a un abogado amigo de su gerente para litigar con el Ministerio de Educación por unas subvenciones. Fuentes cercanas a este organismo aseguraron que sus directivos no dudaron en fraccionar el contrato para que no superara el límite de 18.000 euros y así poderlo adjudicar a dedo y sin convocar un concurso.

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