El fallo europeo sobre Junqueras da alas al sector más rupturista dentro de ERC

  • El grupo más radical que lidera Roger Torrent ve una oportunidad para reivindicarse ante el perfil institucional de Aragonès, 'delfín' de Junqueras.
Roger Torrent y Pere Aragonès
Roger Torrent y Pere Aragonès
EFE

Dos almas del partido con más historia del independentismo catalán luchan por acabar imponiéndose la una a la otra. Ese es el resumen de la situación por la que pasa ERC, que este sábado afronta un congreso clave para su devenir político. Por un lado cuenta con un ala institucional, que busca conseguir sus objetivos desde el pragmatismo y la estabilidad. En el otro, un sector que no quiere andarse con ambigüedades y apuesta por una actitud mucho más radical y rupturista con el Estado. Este último, liderado por Roger Torrent, ya ha dado muestras de que quiere reivindicarse tras el reconocimiento del Tribunal de Justicia Europeo a los derechos como eurodiputado de Oriol Junqueras. Algo que abona su postura de que el Estado y el sistema judicial van contra el independentismo. Y que quieren aprovechar para retener a esos votantes que no quieren entenderse con el Gobierno central. Esos que el partido teme perder por una abstención en la investidura de Pedro Sánchez.

Esquerra pasa por una situación excepcional. Este sábado celebra un Congreso que le marcará la línea a seguir en el futuro, y que está marcado tanto por la decisión sobre Junqueras como por su papel en la votación que puede permitir a Sánchez repetir en Moncloa. Pero que también determinará cuál es su grado de ambición para conseguir la independencia, para lo que se elaborará una ponencia política que deje claras las prioridades. Esto lo coloca en un dilema especialmente comprometido. Especialmente, porque puede ser el partido que desbloquee la gobernabilidad de un Estado del que aspira a separarse. Pero, aunque obviamente no quieren hacerlo gratis, hay dos maneras de vender cara esa abstención para el líder del PSOE.

La de este sector más radical es la de aprovechar cualquier circunstancia para dificultar las conversaciones. Algo que se vio el jueves, cuando Marta Vilalta, que es del sector de Torrent, salió a decir que se suspendían las negociaciones con los socialistas hasta que la Abogacía del Estado se pronunciara sobre el fallo del Tribunal Europeo. Que lo hiciera la portavoz del partido en Cataluña y no Gabriel Rufián, que se ha situado en ese ala más moderada, no es casualidad. Aunque este órdago fuera más una escenificación, ya que el Gobierno no tardó ni 15 minutos en reaccionar al mismo.

El contendiente de Torrent en esta lucha será el vicepresident catalán, Pere Aragonès, que es el sucesor natural de Oriol Junqueras. Un perfil mucho más institucional que quiere seguir la línea política de quien ha sido su mentor, lo que implica apostar por el diálogo con el Estado. Y que cuando se conoció el fallo del TJUE no dio ultimátums al Gobierno central ni cuestionó el sistema judicial. Su talante y su visión política han motivado que fuese el encargado de evitar la ruptura total con el Ejecutivo de Sánchez. Algo que hizo a través de sus comunicación habitual con la vicepresidenta, Carmen Calvo. Además, su interés en no romper con todo por la independencia y apostar por aprobar de una vez unos Presupuestos en Cataluña le ha facilitado estar bien valorado por los empresarios catalanes o los partidos de la oposición. Todo lo contrario de lo que ocurre con el president del Parlament.

Las elecciones en el horizonte

Fuentes consultadas por La Información apuestan a que la brecha entre ambas sensibilidades se acrecentará en las próximas semanas. Y se hará aún más visible en cuanto aumenten los rumores sobre un adelanto electoral en Cataluña. Unos comicios en los que ERC ganaría, según la última encuesta del barómetro de la Generalitat, dejando atrás a Junts per Catalunya. Pero estas buenas previsiones no tranquilizan al partido. Las fuentes consultadas admiten a que existe cierto "miedo" a que facilitar el gobierno de coalición de PSOE y Unidas Podemos pueda erosionar su electorado dentro del independentismo. Unos votos que temen que se vayan a parar a JxCat y a Carles Puigdemont, que ya busca todos los resquicios para que la decisión del TSJU sobre Junqueras le permita presentarse como candidato.

La otra amenaza es la de la CUP. La advertencia ya llegó en las generales del 10 de noviembre, cuando los más radicales del independentismo les arrebataron dos escaños. "Hay miedo real a que les afecte. Saben que la CUP se puede disparar y hacerles un roto importante", señala una fuente que conoce las interioridades de ERC. Por eso, en Cataluña esperan que Torrent empiece a mostrarse mucho más para demostrar que puede ser candidato. De hecho, ya hay algo en lo que supera a Aragonès. El presidente del Parlament es el preferido por los sectores más jóvenes y por las bases, frente a ese buen concepto de los sectores más acomodados y católicos que despierta el vicepresident catalán.

Las distintas fuentes consultadas apuntan a que los próximos no serán meses fáciles para ERC. La decisión que deben tomar es tan importante que puede marcar la historia del país. Si se abstiene, tendrá que explicar muy bien qué ha logrado a cambio para que parezca que no ha permitido la estabilidad sin que se haya aceptado su hoja de ruta. Si por el contrario rechaza a Sánchez y aboca a la celebración de terceras elecciones, su ala moderada saldrá muy tocada y les puede costar la pérdida de apoyo del poder económico y de la parte de la sociedad sociedad catalana. "A Torrent le interesa que esto se desboque. Está centrado en lograr la independencia al precio que sea. Pero Aragonès está más preocupado por el momento actual", aseguran las mismas fuentes. Y el fallo del tribunal europeo allana mucho sus planes.

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