El fantasma de una tercera vuelta electoral impide al líder opositor ucraniano Yanukóvich cantar victoria

  • Kiev.- La decisión del Tribunal Administrativo Supremo (TAS) de Ucrania de suspender hoy cautelarmente el anuncio de los resultados de las elecciones presidenciales deja en el aire la investidura de Víctor Yanukóvich como nuevo presidente del país.

El Supremo Administrativo suspende la resolución sobre los resultados de las presidenciales
El Supremo Administrativo suspende la resolución sobre los resultados de las presidenciales

Kiev.- La decisión del Tribunal Administrativo Supremo (TAS) de Ucrania de suspender hoy cautelarmente el anuncio de los resultados de las elecciones presidenciales deja en el aire la investidura de Víctor Yanukóvich como nuevo presidente del país.

El TAS admitió a trámite la demanda interpuesta por la primera ministra del país, Yulia Timoshenko, para impugnar por fraude los resultados de la segunda vuelta de los comicios del 7 de febrero y, así, lograr la convocatoria de una tercera vuelta, como en 2004.

La suspensión de la resolución en la que la Comisión Electoral Central (CEC) declaró el pasado domingo ganador de los comicios a Yanukóvich será efectiva hasta que los 55 jueces del TAS se pronuncien sobre el recurso de la perdedora de las elecciones.

El tribunal adelantó que se reunirá el viernes para comenzar las deliberaciones sobre la demanda en la que Timoshenko solicitó que el Supremo ordene a la CEC "repetir la votación".

"Si el tribunal no permite el recuento de los votos en los colegios electorales sobre los que recaen las dudas, entonces no tiene sentido hablar de Justicia en nuestro país", señaló Timoshenko.

La carismática política que inspiró la Revolución Naranja de 2004 acompañó su demanda con nueve tomos de documentos que, según ella, demuestran que hubo fraude en las regiones orientales del país, el principal granero electoral de Yanukóvich.

"Estamos seguros de que hubo falsificación sistemática, fundamental y universal de la segunda vuelta", dijo la jefa de Gobierno, quien cifró en cinco las tecnologías de fraude recogidas en la documentación, que incluye foto y vídeo.

La Rada Suprema (Legislativo) ya ha convocado la investidura del presidente electo para el 25 de febrero, pero el Bloque Yulia Timoshenko (BYT) aseguró hoy que mañana presentará un proyecto de ley ante la cámara para cancelar la ceremonia.

En cambio, el prorruso Partido de las Regiones (PR) de Yanukóvich considera que la decisión del TAS es una mera "formalidad" y destacó que "el mundo entero" ya ha reconocido al líder prorruso como nuevo presidente.

El vicepresidente de la CEC, Andréi Maguera, se mostró convencido de que la demanda del BYT no impedirá la investidura de Yanukóvich, que habría ganado las elecciones con una diferencia de 3,48 puntos porcentuales sobre Timoshenko.

"La decisión del tribunal debe hacerse pública no más tarde del domingo. La investidura está prevista para el 25 de febrero, es decir, el jueves. De domingo a jueves hay mucho tiempo", apuntó.

Maguera acusó a Timoshenko de presentar la demanda únicamente para frustrar la ceremonia de juramento de Yanukóvich en el Parlamento y restarle legitimidad a ojos de la comunidad internacional.

"La decisión del TAS no significa la impugnación de los resultados electorales y tampoco significa que los resultados son declarados inválidos, o que su legitimidad sea puesta en duda", dijo.

El miembro de la CEC -bajo control del partido de Yanukóvich, según el BYT-, comentó que "lo que significa es que durante el trámite en el TAS se considera no aconsejable, desde el punto de vista jurídico, tomar otra clase de acciones".

En cuanto a la convocatoria de una tercera vuelta, otro miembro de la CEC, Mijaíl Ojendovski, descartó esa posibilidad tachando de "imposible" la repetición de la votación con la participación de los mismos candidatos.

"Las elecciones presidenciales de 2010 se han terminado. Ya les pusimos el punto final. Las próximas tendrán lugar en 2015. El resto es una retahíla de basura jurídica", comentó.

Por su parte, el jurista de la Universidad de Lvov, Vladímir Grinchak, dio la razón a Timoshenko al asegurar que "sí se puede hablar de una manipulación de la voluntad popular".

Grinchak considera justificada la demanda, aunque valoró en un 50 por ciento las posibilidades de que la intentona de Timoshenko llegue a buen puerto.

Yanukóvich ha instado a Timoshenko a que reconozca su derrota en las urnas -petición que ha sido secundada por el presidente del Parlamento, Vladímir Litvín, y representantes de Yúschenko- y a dimitir como primera ministra.

Según algunos analistas, Timoshenko únicamente está intentando mantenerse al frente del Gobierno, lo que, de lograrlo, obligaría a Yanukóvich a cohabitar con su peor enemiga.

En 2004 las denuncias de fraude contra Yanukóvich desembocaron en protestas masivas conocidas como la Revolución Naranja y en la repetición de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en la que éste había derrotado a Víctor Yúschenko.

Seguidamente, los tribunales ordenaron la repetición de la votación, en la que Yúschenko, apoyado por Timoshenko, se alzó con la victoria.

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