El fin de ETA y la dependencia a Madrid descabezan al PP vasco

    • Tras el fin del terrorismo, el PP no ha sido capaz de articular una propuesta que se acerque al sentir nacional de los vascos, lo que ha provocado que sus resultados caigan estrepitosamente en las últimas elecciones.
    • El politólogo Ignacio Castillo explica que muchos de los que votaban al PP porque temían que el PNV se acercara a los radicales están volviendo a votar a esta opción nacionalista.
Arantza Quiroga ha dimitido como presidenta del PP vasco, en medio de una crisis sin precedentes
Arantza Quiroga ha dimitido como presidenta del PP vasco, en medio de una crisis sin precedentes

¿Qué está pasando en el PP vasco? Muchos son los que se preguntan cómo es posible que un partido que ha sufrido durante años los ataques del terrorismo y se ha mantenido siempre fiel a sus principios, se esté hundiendo de manera tan estrepitosa en esta Comunidad.

Los resultados hablan por sí solos. El derrumbe de las últimas elecciones municipales (con 85 concejales menos), ya se venía anunciando desde 2011, donde perdieron cerca de 100.000 votos con respecto a 2007 y 21 concejales.

"La política tradicionalmente se ha entendido de forma diferente en el País Vasco que en el resto de España. La divisón habitual entre izquierda y derecha se ha difuminado durante muchos años, y se ha sustituído por nacionalistas y no nacionalistas. El PP, en este tiempo, ha sido visto como un partido profundamente constitucionalista y radicalmente opuesto a la violencia de ETA. No admitía negociaciones ni chantajes y para los sectores más afectados por el terrorismo, representaban el 'ala dura' de la lucha contra ETA, sin menospreciar el sufrimiento del PSOE, con el que pactaron siempre que fue posible", explica el politólogo Ignacio Castillo, especializado en política vasca.Tras el fin de ETA, el PNV ha ganado votos del PP

Con el fin de ETA, el escenario político vasco cambió. "Ya no se trataba tanto de nacionalista o no nacionalista, aunque pervive esa distinción. La gente de la calle ha comenzado a preocuparse más por otros temas, el terrorismo ha dejado de ser el centro de conversación, y el PP no ha sabido articular una propuesta que cale en los ciudadanos más allá de la suya tradicional en esta zona: la defensa de la Constitución", continúa.

En este sentido, el PNV juega un papel fundamental. "Mucha gente conservadora votaba al PP no porque no tuvieran un fuerte sentimiento nacionalista, sino porque temían un posible acercamiento del PNV hacia los radicales. Ahora, con el fin de la violencia, están empezando a volver a las filas peneuvistas, muy asentadas en Vizcaya y Gipúzcoa y entre los empresarios y demás profesiones liberales", prosigue.Falta un discurso que comprenda la identidad vasca

No solo eso, la falta de un discurso que recoja el fuerte sentido identitario vasco podría estar lastrando al PP. "El PSOE, que comparte con la misma intensidad la lucha contra ETA, sí ha sabido recoger mejor el sentir nacional vasco. La propuesta de una España federal, aunque no termina de convencer, se ve como menos agresiva hacia su idea de nación", señala.

Además, para este politólogo es esencial la gestión del fin de ETA. "Hay que entender a la sociedad aquí. La mayoría estaban cansados, por lo que aplaudieron las negociaciones de Zapatero. En este sentido, el PSOE se presentó como alguien dialogante, que podría gestionar la violencia de un modo distinto. A pesar de que eso no le reportó demasiado éxito a nivel electoral debido a los exitosos ataques de la oposición hacia Patxi López, sí marcó las diferencias con el PP, que se vio como alguien más inmovilista y que negaba las negociaciones. Esto, que en un principio sirvió para acercarle más todavía a las víctimas, contrarias a la política de Zapatero, se le volvió en su contra cuando entendieron que el Gobierno central no había sido honesto y seguía la hoja de ruta de Zapatero", mantiene.

¿Qué debería hacer el PP entonces para atraer al electorado? Para Ignacio Castillo la respuesta no es sencilla. "El PP no puede renunciar a lo que ha sido en el País Vasco porque eso le pondría en contra de sus votantes más fieles y, ante todo, de las víctimas del terrosimo. Sin embargo, sí que tiene que intentar entender mejor la esencia de los vascos y tratar de reconocer su singularidad, un poco en la línea de lo que está tratando el PSOE. No puede olvidarse de su firmeza contra ETA, sin ambigüedades, porque esa es su seña de identidad, pero sí desarrollar un programa específico, incluso en el plano económico, que recoja las diferencias vascas. Ser más flexibles en los temas del idioma o en la financiación sería un gran punto de partida", concluye.

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