El final de un segundo acto deslucido

  • La toma de posesión hoy de Alberto Fabra como president de la Generalitat ha puesto punto y final al segundo acto de una obra que se inició con la llegada del caso Gürtel a la Comunitat Valenciana, y que ha quedado un tanto deslucido por la ausencia de los primeros espadas de la dirección nacional del PP.

Cristina Ramón

Valencia, 28 jul.- La toma de posesión hoy de Alberto Fabra como president de la Generalitat ha puesto punto y final al segundo acto de una obra que se inició con la llegada del caso Gürtel a la Comunitat Valenciana, y que ha quedado un tanto deslucido por la ausencia de los primeros espadas de la dirección nacional del PP.

El anuncio hecho por el propio Fabra ayer por la noche en Castellón de que la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, y el vicesecretario de Comunicación, Esteban González Pons, acudirían a su toma de posesión de hoy en Les Corts levantaba una expectación que finalmente se ha visto frustrada.

"Ni Cospedal ni González Pons han confirmado nunca su asistencia al acto", han reiterado tanto desde el Parlamento valenciano como desde el PP ante la insistencia matinal de los periodistas, que se han tenido que conformar con las autoridades locales y la presencia del ministro de Educación, Ángel Gabilondo, que se ha marchado tras el acto institucional sin querer hacer declaraciones.

Sin nadie de la dirección nacional del PP, la atención mediática se ha centrado en Fabra y en su antecesor en el cargo, Francisco Camps, que dimitía la semana pasada después de que el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) lo procesara por su imputación en la llamada "causa de los trajes" del caso Gürtel.

Si Fabra entraba por la puerta principal del Palau dels Borja, escoltado por la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y la vicepresidenta del Consell, Paula Sánchez de León, y recibido por el presidente de Les Corts, Juan Cotino, Camps optaba por hacerlo en solitario y por una puerta lateral.

La llegada al hemiciclo de ambos también ha sido por separado: mientras Camps llegaba por una de las puertas laterales junto con Barberá y ocupaba su nuevo escaño en la tercera fila, el nuevo jefe del Consell llegaba por una de las puertas principales y entre los aplausos de los diputados de su grupo, entre ellos los de su antecesor.

El momento de las felicitaciones tras el discurso de Fabra tampoco ha servido para lograr una foto de ambos juntos, ya que mientras el ya president de la Generalitat recibía la felicitación de consellers y diputados de distinto signo político, Camps hacía mutis por el foro.

En la recepción -con horchata y zumo de naranja- ofrecida después en el patio de Les Corts, el protagonista absoluto ha sido Fabra y su defensa de sus raíces castellonenses: "He tenido el inmenso orgullo de detentar" la Alcaldía de Castellón durante estos últimos seis años y "ese orgullo y esas raíces son irrenunciables".

"Raíces que nacen, como los del gigante Tomba-Tossals, del encuentro entre la Penyeta Roja y el Tossal Gros", afirmaba el desde ayer exalcalde de Castellón, en alusión a unos símbolos que han hecho las delicias de las decenas de alcaldes de la provincia que no han querido perderse la toma de posesión del primer president de Castellón.

Las corbatas verdes, color de la capital de La Plana, también han tenido una presencia importante en la recepción, en la que mientras unos comentaban con curiosidad la insistencia de Fabra en la defensa de sus orígenes, otros estaban encantados con que el "poder castellonense" haya llegado a la Presidencia de la Generalitat.

Con el pleno de hoy, la obra de teatro que parece ser el caso Gürtel llega al final de su segundo acto, pero todavía queda por saber el desenlace de un tercer acto de final incierto, una vez más en el escenario del Tribunal Superior de Justicia valenciano.

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