El fraude del banquero kazajo quedará en la historia de los delitos financieros.

    • Hay novedades en el caso del banquero y defraudador kazajo Mukhtar Ablyazov.
    • Kazajastán ha ganado el juicio de 1.500 millones de euros contra una de sus compañías.
Luis M. García

En el caso del banquero y defraudador kazajo Mukhtar Ablyazov, hay un nuevo cambio. Recientemente se ha conocido que Kazajistán ganó el proceso judicial contra una de las compañías de Ablyazov por una suma de 1,5 mil millones de dólares. Así se empezó con la devolución de los activos rusos del banco BTA.

La suma de seis mil millones de dólares fue fácilmente robada por Ablyazov desde el banco que presidía. Durante años sacaba los activos teniendo como pantalla la financiación de nuevos proyectos en el extranjero, donde el dinero, con la misma facilidad, fue transferido a las cuentas de las empresas pantalla. Los proyectos luego fueron bloqueados o imitaban la actividad. Los ejemplos son – el complejo científico-industrial de Ucrania y Estados Unidos “Max-Well”, creado en 2008. Oficialmente, “Max-Well” fue la mayor inversión de EE UU en la farmacología de Ucrania. El valor de las inversiones en aquel momento fue de ocho millones de dólares. El presidente de la empresa (un kazajo con la ciudadanía americana) Kennet Alibek, prometió que dentro de un año aparecerían las primeras medicinas de la empresa.

Sin embargo, “Max-Well” no produjo nada al pasar ni un año, ni dos. La empresa fue capaz producir solamente una serie de aditivo alimentario. Durante el gran escándalo resultó que esa empresa está en realidad en bancarrota, y todos sus activos incluso edificios que pertenecían a la empresa “Eurasia-Ucrania”, sucursal del gran holding “Eurasia”, cuyo presidente era Ablyazov.

Es decir, en el fondo, Ablyazov actuaba en Ucrania y Kazajistán, también en otros países, según su único esquema del saco del dinero: crear empresas para poder pedir créditos grandes, no devolverlos y no producir nada.

Por su parte, Ablyazov no se consideraba un defraudador. Y hasta estaba preparado para contender contra Kazajistán que, según sus afirmaciones, desacreditaba su reputación de financiero. De allí a poco después de ser retirado de la gestión del banco BTA “por incompatibilidad con los intereses de los depositantes y acreedores del banco, y la ley vigente”, Ablyazov ya desde Gran Bretaña, inició un proceso judicial contra Kazajistán.

En 2009 a través de su compañía “KT Asia”, registrada en los Países Bajos y que “prácticamente no realizaba ninguna actividad comercial”, puso un pleito a Kazajistán por el suma de 1,5 mil millones de dólares.

El demandante proclamaba la supuesta nacionalización por la República de las acciones minoritarias del banco BTA, que formalmente pertenecían a la empresa “KT Asia”. Kazajistán logró justificar que “KT Asia” constituía un conjunto de empresas de Ablyazov que fueron utilizadas como los “bolsillos” para las transferencias de los activos desde unas empresas a otras.

Además, Kazajistán fue capaz a justificar que “KT Asia” compró las acciones del banco BTA por un precio siete veces menor del mercado debido al préstamo de las dos empresas vendedoras que también pertenecían a Ablyazov. La suma del préstamo, así como sus intereses, al final no fueron devueltos. En cambio, la deuda fue eliminada y Ablyazov quebró esas dos empresas para liberarse de la deuda de la empresa “KT Asia”.

Mientras el tribunal francés está decidiendo la cuestión sobre la extradición de Ablyazov, – hay solicitudes de Kazajistán, Ucrania y Rusia – Kazajistán intenta devolver los activos del banquero huido. Se trata, por lo menos, de 250 millones de dólares.

Según la decisión del Tribunal Superior de Gran Bretaña, Ablyazov y sus socios deben devolver aproximadamente cuatro mil millones de dólares. Debido a esa decisión todos los activos que directamente o indirectamente pertenecían a Ablyazov y sus empresas han que pasar al control de una empresa gestora.

Pero resultó difícil realizarlo. Los dos activos mayores de Ablyazov en Rusia – SAC “Logopark Tolmachevo” y SRL “Pyshma” – pasaron bajo el control de un particular. Ese particular fue un empresario ucraniano, Sergey Tischenko, el titular del grupo de las empresas “Factor”. SAC “Logopark Tolmachevo” fue creado por “Eurasia Logistic” en 2007 con el objetivo de la construcción en el distrito del aeropuerto Tolmachevo en Novosibirsk de un parque industrial enorme de 806 mil metros cuadrados. Ahora está puesta en funcionamiento la primera fase de 45 mil metros cuadrados. “Logopark Tolmachevo” ofrece en alquiler los espacios de almacén de gran calidad (clase “A”) para las empresas de distintas áreas económicas, considerando las demandas individuales. SRL “Pyshma” es el mayor proyecto en los Urales con 280 mil metros cuadrados en total.

El banco BTA de Kazajistán reaccionó lo antes posible al afirmar que “el banco no había dejado ninguna competencia al señor Tischenko, ni tampoco a su grupo de empresas Factor para representar los intereses del banco”. Y como Tischenko insistía en su derecho de controlar los activos, el BTA inició el proceso judicial contra “Factor”. “Si los particulares sin relación con el banco (incluso el señor Tischenko o su grupo “Factor”) al haber violado las decisiones judiciales consiguieron ilegalmente los activos de Ablyazov y otros acusados que pertenecían a este banco, el banco se querellará para conseguir la devolución de esos activos y exigir la responsabilidad, incluso por desacato”, - se destaca en la nota de prensa del BTA.
Cabe destacar que “la perdida” del control sobre los activos de Ablyazov ocurrió casi en el mismo tiempo en que fue proclamada la decisión del tribunal ruso en relación a uno de los participantes del caso Ablyazov – su abogada Elena Tischenko. El tribunal está dispuesto a liberarla con una compensación de 439 millones de dólares (mientras, el BTA estima el daño en 94, 4 millones de dólares).

Si Elena Tischenko se conforma con esa compensación – aún su defensa afirma que son los participantes del fraude quienes deben compensar y no aquellos a quienes ayudaban a legalizar – va a sentar, probablemente, un precedente en el caso de Ablyazov. Según las estimaciones de los expertos, Ablyazov logró llevar al offshore no ya 6 mil millones sino que 10 mil millones de dólares. Así que tiene más dinero para “compensar a los afectados”. En ese caso él también puede ser liberado.

Por cierto, son sólo conjeturas. Mientras, el tribunal de apelaciones de Aix-en-Provence dejó a Ablyazov en la cárcel hasta la decisión sobre su extradición que, supuestamente, va a tomarse en diciembre. La cuestión principal no es si “extraditarle o no” sino el lugar de la futura localización del banquero-defraudador. Hay que mencionar que además de la petición de los tres países de CEI, también hay pena incumplida en Gran Bretaña, con 22 meses por desacato.

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