El fraude en los contadores se vuelve profesional ¿Cómo lo hacen?

    • Competencia detecta un significativo aumento y "profesionalización" de este fraude desde 2012.
    • Entre las distintas modalidades de fraude predominan los enganches directos y sin contratos a la red de distribución o a instalaciones de otro usuario.

Pinchar el wifi del vecino se ha convertido en algo muy común en los últimos meses. Así se desprende del último informe de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. La CNMCha propuesto que sean las compañías eléctricas y no los consumidores quienes asuman las pérdidas de suministro eléctrico que cada año registra la red española, estimadas en 150 millones de euros anuales, y que en su mayor parte vienen generadas por la comisión de fraudes en las conexiones.

Pero,¿cómo lo hacen? Antes del 1 de marzo de cada año, las empresas distribuidoras enviarían a los citados organismos un informe de resultados de los planes de verificación de fraude ejecutados en el año anterior. Para ello cabría habilitar a la CNMC para establecer el formato del fichero informático en el cual las empresas distribuidoras deberán remitir la información relativa tanto a los planes de verificación de fraude como a los resultados de los mismos.

La CNMC alerta no sólo del "significativo" aumento del fraude, sino de su "sofisticación, que cada vez hace más difícil sudetección".

El 'superregulador' considera que, de esta forma, se incentivaría a las compañías a reducir estas pérdidas de electricidad y a atajar el fraude, que además registra desde 2012 un "significativo aumento y profesionalización". "Incluso ha proliferado elfraude organizado", alerta.

La CNMC señala a este fraude como laprincipal causade las pérdidas de electricidad que cada año regisra la red eléctrica española. Otro pequeño porcentaje deriva de fallos técnicos, lecturas no realizadas o falta de mantenimiento.

Entre las distintasmodalidades de fraudecita losenganches directos y sin contratos a la redde distribución o a instalaciones de otro usuario, o la colocación de derivaciones para suministrar energía a una instalación no prevista en el contrato.

También se defrauda mediante la manipulación de los contadoresde energía para alterar el registro de consumos, con la realización depuenteso la instalando determinados dispositivos, o mediante la manipulación del interruptor del control de potencia.

Además del perjuicio económico para los consumidores, la CNMC alerta de que el fraude constituye también un "grave problema deseguridad", para quienes lo cometen y para los operarios que trabajan con las redes de eléctricas manipuladas, y genera problemas técnico, por las averías que ocasiona.Procedimiento de actuación en caso de fraude

Ante la detección del fraude se podría establecer, en primer lugar, la obligación de que las empresas distribuidoras procediesen a abrir un expediente para cada uno de los casos previstos.

Asimismo, una vez que se estableciera por parte de la empresa distribuidora la fecha exacta de la verificación de fraude, ésta deberá ponerse en conocimiento del órgano competente de las CCAA con una antelación mínima de una semana.

Además, sería necesario que una vez llegue el encargado de verificar el fraude trate de localizar a la persona que cometió el delito.

No obstante, recuerda que en la actualidad, según la Ley del Sector Eléctrico, la energía defraudada "no supone una disminución de los resultados de las compañías eléctricas, sino un mayor coste para los consumidores". "Son estos quienes sufragan el coste que los efectos del fraude suponen para el sistema", asegura.

Por ello, tras constatar el aumento de pérdidas del sistema eléctrico y del fraude con el operador y a las principales compañías distribuidoras, la CNMC ha elaborado un informe con una propuesta para atajar ambos problemas.

Así, por un lado, pide revisar el actual incentivo que se da a las empresas distribuidoras para controlar el fraude. Por otro, propone dos alternativas para achacar la responsabilidad sobre las pérdidas del sistema.

La primera opción pasa por que el distribuidor sea el responsable de comprar la diferencia de pérdidas reales y estándares (las derivadas de defectos técnicos del sistema). De esta forma, las pérdidas reales, y no las técnicas, se asumirían por "los responsables de la calidad de la red y no por el consumidor".

La segunda contempla que el comercializador siga siendo el responsable de comprar las pérdidas del sistema como ahora ahora, pero que el distribuidor le financie la diferencia entre las perdidas técnicas y las reales.

"En ambos casos, el coste de las pérdidas reales incidiría de forma inmediata sobre los ingresos de los distribuidores, por lo que se reforzaría el incentivo a la reducción de pérdidas", argumenta el organismo que preside José María Marín Quemada.

La Comisión señala además la necesidad de fomentar una acción conjunta y armonizada por partes de las administraciones para luchar contra el fraude, "dada la disparidad de criterios actual a escala estatal y autonómica".

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