El gasóleo robado al "Mattheos I" se vendió a dos buques durante el secuestro

  • Los piratas que asaltaron al petrolero "Mattheos I" en el Golfo de Guinea vendieron en alta mar a dos buques clandestinos sin bandera las alrededor de 7.500 toneladas métricas de gasóleo robadas, en sendos trasvases realizados durante los once días que duró el secuestro.

Madrid, 30 sep.- Los piratas que asaltaron al petrolero "Mattheos I" en el Golfo de Guinea vendieron en alta mar a dos buques clandestinos sin bandera las alrededor de 7.500 toneladas métricas de gasóleo robadas, en sendos trasvases realizados durante los once días que duró el secuestro.

El capitán del "Mattheos I", el peruano Luis Alberto Chamochumbi, ha revelado hoy a su llegada a Madrid lo que lo piratas hicieron con la carga confiscada mientras permanecían retenidos sus 23 marinos.

Chamochumbi llegó este mediodía al aeropuerto de Barajas junto con tres de los cinco españoles que integraban la tripulación: el jefe de máquinas , Saturnino Galán; el tercer oficial, Damián Aguín, ambos gallegos, y el joven sevillano Miguel Sastre, que estaba de prácticas.

Los otros dos españoles, Manuel Bilbao, primer oficial del buque, y un tripulante peruano con doble nacionalidad, regresaron ayer también desde Ghana.

El capitán ha dado una rueda de prensa en la sede de la empresa propietaria del barco, Consultores de Navegación, en Madrid, para contar los detalles del secuestro.

De las entre 7.600 y 7.800 toneladas métricas de gasóleo robadas, de las 40.000 que transportaba el "Mattheos I", unas 5.000 fueron vendidas a un buque, y el resto, a otro, ambos sin bandera.

"La persona que está en tierra comunicándose con ellos (los piratas) permanentemente busca compradores y una vez que consiguen el comprador, mandan al buque a la posición donde va a estar el buque esperando", ha relatado Chamochumbi.

Ha afirmado que en el momento del trasvase del gasóleo en alta mar, los piratas estaban "nerviosos" al temer que se les tendiera alguna trampa, si bien no abrieron fuego en ningún momento.

Chamochumbi ha hecho hincapié en que los once piratas que integraban el grupo estaban "muy organizados" y conectados en todo momento con un teléfono satélite.

"Saben lo que hacen, lo que buscan y qué van a hacer con lo que buscan", ha resumido.

Los asaltadores hablaban inglés y un dialecto nigeriano, eran de distintas edades y de complexión atlética, ha descrito el capitán.

La portavoz de la naviera, Sheena Campbell, que ha comparecido con Chamochumbi ante los medios, ha negado de plano que se pagara rescate alguno por la liberación.

"Nunca hubo ningún contacto con ellos (los piratas). Nada, nada, nada, seguro que no. Ni con la Armada, ni con el Ministerio de Exteriores. Nunca pidieron ningún rescate. No se pagó nada, ni se pidió nada", ha aseverado Campbell.

Chamochumbi ha reconocido que temió por su vida y por la de los tripulantes, a pesar de que les dijeron cuando perpetraron el asalto que su única intención era robar la carga y las pertenencias de los marineros.

El peor momento, ha revelado, fue cuando sucedió el asalto, así como los primeros días, que también fueron "bastante tensos porque (los piratas) querían demostrar su autoridad".

"Sí, hubo momentos difíciles en los que temí por mi vida y por la de mi tripulación. Siempre andaban con armas, que eran tipo metralletas", ha rememorado el capitán, con tono cansado después no haber dormido apenas desde que comenzó el secuestro.

Los tripulantes fueron divididos en tres grupos, sin ser amarrados, ni amordazados, aunque sí encañonados cuando se acercaba algún barco.

A su llegada a Barajas, el joven Miguel Sastre también ha admitido que pasó miedo: "No sabes si te van a matar o no, ¿qué quieren?, qué no quieren... luego te das cuenta de que vienen a robar y que no te quieren hacer nada, pero no les importa hacértelo. Estás en vilo todo el tiempo. Es una mierda".

Pese a haber sido su "bautizo en el mar" con un "comienzo a lo grande", Sastre ha manifestado que no se le han quitado las ganas de volver a navegar.

El "Mattheos I" permanece en el puerto de Tema, a unos 25 kilómetros al este de Accra, la capital de Ghana.

Ante el temor a que pueda sufrir un nuevo asalto, Campbell ha reiterado que la tripulación de relevo no quiere ir a Lomé, en Togo, ante la exigencia de la empresa que contrató el barco y la carga de llegar hasta el destino previsto.

"Siguen presionando y están muy enfadados", ha dicho Campbell en referencia a la compañía británica Glencore.

Chamochumbi ha manifestado que no había precedentes de ataques en aguas de Togo, pero que desde el asalto sufrido, este país africano "dejó de ser seguro". EFE

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