El genocidio de ruanda cumple hoy 20 años


Este lunes se cumplen 20 años del comienzo del genocidio de Ruanda, donde fueron asesinadas alrededor de 800.000 personas en apenas tres meses, motivo por el cual la ONU conmemora cada 7 de abril como Día Internacional de Reflexión sobre el Genocidio Cometido en Ruanda.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, señaló, en un mensaje difundido con motivo de este día, que Naciones Unidas pretende recordar “a las más de 800.000 personas inocentes tan brutalmente asesinadas, a la vez que rendimos homenaje a la valentía y la resistencia de los supervivientes”.
“Nos inspira la capacidad del pueblo ruandés de unirse y mostrar que la reconciliación es posible, aún después de una tragedia de proporciones tan monumentales”, apuntó, antes de añadir que la ONU también homenajea la “determinación” de Ruanda de “allanar el camino hacia un futuro seguro y próspero”.
El mayor genocidio de la historia contemporánea comenzó en la noche del 6 de abril de 1994, cuando el avión que transportaba al presidente de Ruanda, Juvénal Habyarimana, y al de Burundi, Cyprien Ntaryamira, se estrelló en el aeropuerto de Kigali, la capital ruandesa, muriendo todas las personas a bordo, debido al impacto de al menos un misil.
Al día siguiente, la primera ministra ruandesa, Agathe Uwlingiyimana, y 10 soldados belgas de la ONU que la protegían fueron asesinados por la guardia presidencial, que acusó a los cascos azules de haber derribado el avión de Habyarimana.
Naciones Unidas ordenó entonces la retirada de sus tropas, lo que aprovecharon los hutus, etnia del fallecido presidente de Ruanda y mayoritaria en el país, para iniciar el genocidio de personas de la etnia minoritaria tutsi y de hutus sospechosos de simpatizar con tutsis.
Entre los asesinos, según la ONU, había soldados del Ejército, miembros de la guardia presidencial y de las milicias juveniles.
“TRIPLE HORROR”
Naciones Unidas señaló que en los siguientes tres meses se desencadenaron acontecimientos “cuya velocidad y ferocidad comprometieron al máximo los intentos de la comunidad internacional de responder”.
“El horror que envolvió a Ruanda durante este período fue triple: los asesinatos en masa en todo el país, una breve pero violenta guerra civil que extendieron las fuerzas del Gobierno fuera del país y los flujos de refugiados que crearon una crisis humanitaria y ecológica de dimensiones sin precedentes”, apuntó.
Primero en Kigali y luego en todo el país, “civiles, hombres, mujeres y niños fueron fusilados, alcanzados por cohetes o granadas, cortados con machetes o enterrados o quemados vivos. Muchos fueron atacados en las iglesias en las que habían buscado refugio. Decenas de miles de cuerpos fueron arrojados a los ríos y llevados río abajo”.
El Consejo de Seguridad de la ONU decidió el 22 de junio de 1994 dar luz verde a la ‘Operación Turquesa’, promovida por Francia, que creó una zona humanitaria protegida en el suroeste de Ruanda, cubriendo así una quinta parte del territorio del país.
Pocos días después, los tutsis del Frente Patriótico Ruandés (FPR) llegaron a Kigali y el Gobierno hutu huyó hacia Zaire (actual República Democrática del Congo), llevándose consigo al menos a 1,5 millones de personas de esta etnia.
El 11 de julio, el primer ministro francés, Édouard Balladur, informó al Consejo de Seguridad de la ONU de que el Ejército galo iniciaría su retirada de Ruanda el último día de ese mes, con lo que concluyó así el genocidio.

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