El gobernador Rick Perry, conservador, "hombre de fe" y problemático orador

  • El gobernador de Texas, Rick Perry, aspirante presidencial republicano, representa el lado más conservador de su partido, es un orador que no calla pese a sus continuos lapsus verbales y se ha desinflado en la preparación para las primarias.

Jairo Mejía

Washington, 30 dic.- El gobernador de Texas, Rick Perry, aspirante presidencial republicano, representa el lado más conservador de su partido, es un orador que no calla pese a sus continuos lapsus verbales y se ha desinflado en la preparación para las primarias.

Cultivando su estilo tejano, Perry se ha forjado una imagen de conservador que considera que el actual gobierno demócrata ha declarado la guerra a la religión, critica la presencia de homosexuales en el Ejército y quiere suprimir la reforma de sanidad que aprobó la administración del presidente Barack Obama.

Perry se presenta a las primarias republicanas después de ganar su tercera legislatura como gobernador de Texas, un estado donde su popularidad es mucho más sólida que la que logrado a nivel nacional.

Texas ha dado al país el presidente republicano más reciente, George W. Bush, quien también era gobernador de ese estado sureño cuando resultó elegido por primera vez en 2000.

Inasequible al desaliento, Perry no ha dudado en sacar provecho de sus fallos, como cuando en un debate se olvidó de una de las agencias federales que había prometido eliminar si fuera presidente, y hasta reconoció a los votantes republicanos en un anuncio de campaña: "si buscan un orador locuaz no soy obviamente su hombre".

El punto fuerte de Perry es su atractivo como conservador sin pelos en la lengua, que no duda en asegurar que la recuperación económica tiene "una base bíblica" y que, pese a su pasado como político demócrata, un día comprendió que Dios tenía un plan para él.

Sus rivales más conservadores le han tildado de inconsistente por apoyar en 2001 un ley en Texas para que los hispanos, la minoría que más rápido crece en este estado fronterizo con México, reciban ayudas para acceder a la universidad aunque no hayan regularizado su situación.

Los otros aspirantes a la candidatura republicana ven esa concesión como un borrón en su carrera y han intentado desacreditar sus ideas sobre inmigración, que en gran parte de los contendientes republicanos son contrarias a permitir la regularización de hispanos que llevan años trabajando en el país.

Otra de las polémicas en las que han atacado el lado más conservador de Perry fue su propuesta como gobernador de que todas las niñas de Texas recibieran la vacuna contra el virus del papiloma humano, una de las causas del cáncer de cérvix uterino.

Sus oponentes más próximos al movimiento conservador del Tea Party criticaron su decisión, ya que en su opinión la vacunación contra esta enfermedad, que se puede transmitir sexualmente, promueve la promiscuidad entre las adolescentes.

En el trasfondo de esta historia también salió a relucir el vínculo de uno de los asesores de Perry con la farmacéutica Merck, que produce la vacuna, así como las contribuciones de más de 30.000 dólares por parte de la compañía a la campaña del político desde 2000.

Por su parte, Perry ha querido persuadir a los votantes republicanos con mensajes televisivos en los que acentúa sus valores cristianos, sus raíces tejanas y su postura crítica contra el gobierno federal de Washington y la administración de Barack Obama.

El gobernador de Texas se ha referido a sí mismo como el "outsider" (desconocido) dispuesto a dar la sorpresa y ganar la confianza de los votantes republicanos para medirse en las urnas con Obama en las presidenciales de noviembre de 2012.

Perry se ha servido de su currículum como gobernador de Texas, la segunda economía dentro de Estados Unidos por detrás de California, ha presumido de favorecer el crecimiento, la creación de empleo y la atracción de inversiones durante su mandato.

El aspirante republicano está casado con Anita Perry y tiene una hija, Sidney, y un hijo, Griffin.

Perry, que nació en un pequeño pueblo de Texas en 1950 ha explotado su imagen de granjero y de piloto de las fuerzas aéreas durante los 70, dos perfiles, el ranchero y militar, que gusta a los votantes republicanos.

Aunque durante un tiempo tras el verano se le dio como favorito, su popularidad se ha desinflado rápidamente ante sus errores verbales, su falta de un discurso convincente en caso de llegar a la Casa Blanca y el ascenso de sus rivales.

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