El Gobierno admite que no tiene recursos para hacer frente a los daños de "Ketsana"

Manila.- El Gobierno de Filipinas admitió hoy que le ha desbordado la magnitud de la tragedia de la tormenta tropical "Ketsana", que el pasado sábado asoló el tercio norte del país y dejó al menos 86 muertos, 32 desaparecidos y 435.000 desplazados.

"Hasta ahora, estábamos acostumbrados a ayudar a una o dos ciudades o provincias, pero ahora es una detrás de otra. Nuestros recursos y personal no dan para más", explicó el portavoz presidencial, Anthony Golez.

En estos momentos, la mayor preocupación de las autoridades es rescatar a los afectados que llevan desde el sábado sin recibir ningún tipo de ayuda e impedir como sea que las zonas inundadas se conviertan en caldo de cultiva de enfermedades como el cólera o el dengue.

Aunque el recuento oficial de víctimas mortales está en 86, no hay rastro de otras 32 personas y es muy posible que la cifra de muertos aumente de forma drástica en las próximas horas, según el ministro de Defensa, Gilberto Teodoro.

Varias poblaciones no han podido contactar todavía con el Consejo Nacional de Coordinación de Desastres, que preside Teodoro, y casi 60 cadáveres recuperados esta mañana del municipio de Marikina no serán incluidos en la lista hasta que sus identidades sean confirmadas.

En menos de doce horas, "Ketsana" hizo caer sobre las zonas afectadas una cantidad de lluvia muy superior a la media mensual en esta época del año y batió el anterior récord, registrado en 1967.

Unas 435.000 personas se han visto desplazadas o han perdido sus hogares y se ha declarado el estado de catástrofe en Manila y otras 25 provincias afectadas por el temporal en la isla de Luzón, donde muchos damnificados llevan dos días subidos al techo de sus casas esperando que llegue la ayuda.

Las imágenes de televisión mostraron a decenas de manileños desplazándose en lanchas de plástico o improvisadas balsas por la ciudad, llena de coches abandonados y sumergidos, y kilómetros atascos en casi todos sus 17 municipios, según vídeos colgados en Internet por cientos de testigos.

Todavía es pronto para calcular las pérdidas económicas por los daños del aguacero, pero la declaración del estado de catástrofe permitirá echar mano de las arcas estatales para financiar la labor de reconstrucción y las tareas de limpieza.

"Ketsana", de nombre local "Ondoy", tocó tierra en Filipinas la madrugada del sábado con vientos superiores a los 100 kilómetros por hora y ya ha abandonado el archipiélago con dirección al sur de China.

Decenas de personas mueren cada año por inundaciones y riadas en el archipiélago durante la estación lluviosa y época de tifones, que suele durar de junio a diciembre.