El Gobierno birmano abre a Suu Kyi un espacio en un nuevo entorno político

  • La Junta Militar de Birmania se disolvió, tras más de medio siglo de régimen, para ceder el poder a un Gobierno civil formado por ex generales que inició reformas y entabló el diálogo con la líder opositora Aung San Suu Kyi.

Rangún (Birmania), 2 dic.- La Junta Militar de Birmania se disolvió, tras más de medio siglo de régimen, para ceder el poder a un Gobierno civil formado por ex generales que inició reformas y entabló el diálogo con la líder opositora Aung San Suu Kyi.

El signo más obvio de que en este país del sudeste de Asia soplan otros vientos, es el hecho de que las fotografías de la nobel de paz y jefa de la Liga Nacional por la Democracia (LND) se venden en las calles abiertamente, cuando no hace mucho tiempo sólo exhibirlas era castigado con la cárcel.

Al mismo tiempo y desde que el Gobierno presidido por Thein Sein asumió el poder a finales del pasado marzo tras vencer los comicios legislativos celebrados en noviembre de 2010, proliferan las visitas a Birmania (Myanmar) de destacados funcionarios de Naciones Unidas y de países de Occidente, incluidos de Estados Unidos.

Los retratos de Suu Kyi, que ha estado cautiva casi 15 de los último 22 años, aparecen también en las portadas de las revistas y en los diarios estatales fotografiada al lado de ministros del Gobierno o con insignes visitantes extranjeros.

En nueve meses al frente del Ejecutivo, Thein Sein, un ex general que formó parte de la cúpula de la disuelta junta militar que rigió Birmania durante dos décadas, ha devuelto algunas libertades básicas que estaban prohibidas y abierto el cauce a un diálogo político con el movimiento opositor encabezado por Suu Kyi.

Las maniobras aperturistas del Gobierno arrancaron el pasado agosto cuando Thein Sein llamó a la principal activista al palacio presidencial en Naypyidaw, la capital, para mantener con ella una reunión e invitarla a contribuir al desarrollo del país.

La misma Suu Kyi ha calificado de "sincero" el deseo de Thein Sein de acometer un proceso de reformas, entre las que destaca la ley de partidos políticos que abrió la vía a la Liga Nacional por la Democracia (LND) para solicitar su legalización, a finales de noviembre, y poder así pugnar por escaños vacantes del Parlamento.

Según Nyan Win, portavoz de la Liga, los planes inmediatos son seleccionar a los candidatos que presentará a las elecciones que se convocarán durante el primer trimestre del próximo año para ocupar 46 escaños vacantes del Parlamento y otros dos de las asambleas legislativas regionales.

La normativa electoral establece que para inscribir un partido en el registro de la Comisión Electoral es requisito indispensable que presente candidatos al menos tres escaños del Legislativo, compuesto por 440 que corresponden a la Cámara Baja y 224 a la Cámara Alta.

Del total de 46 escaños vacantes en el Legislativo, 40 corresponden a la Cámara Baja y seis a la Cámara Alta.

La LND, que ganó los comicios de 1990, se negó a expulsar del partido a Suu Kyi y a otros destacados miembros, por lo que boicoteó las elecciones celebradas el 7 noviembre del año pasado y que fueron calificadas de farsa por numerosos gobiernos de Occidente, entre estos el de Estados Unidos

En los comicios legislativos venció el partido oficialista encabezado por Thein Sein, quien por entonces desempeñaba el cargo de primer ministro de la junta miliar.

La censura es ahora menos estricta, los sindicatos laborales son legales y unos 200 presos políticos de los cerca de 2.000 que hay en las cárceles, han sido puestos en libertad en virtud de una amnistía cuya aplicación proseguirá a lo largo de los próximos meses.

Pero a pesar de las reformas que han permitido el debate público sobre determinados asuntos políticos, Birmania está todavía lejos de tener lo que en Occidente se entiende por sistema democrático, según apuntan activistas de la oposición.

Uno de ellos, Naing Ko, exiliado en Tailandia y miembro de la plataforma Campaña por Birmania, destaca que "lo mejor que ha hecho el Gobierno ha sido liberar a unos cientos de presos políticos, pero eso no quita que al menos 1.800 continúan encarcelados".

Mostrar comentarios