El gobierno británico estudia prohibir la venta de bebidas energéticas a los niños

  • Además de gran cantidad de cafeína, contienen altos niveles de azúcar y su consumo se relaciona con padecer obesidad.
Bebidas energéticas
Bebidas energéticas
Europa Press

La lucha de los países por reducir el consumo de azúcar entre la población lleva años en el candelero impulsada por las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ha intensificado la campaña contra el azúcar ante los numerosos casos de obesidad y enfermedades cardiovasculares que hay en todo el mundo. Por ello, los refrescos se han convertido en los enemigos a batir, ya que estas bebidas contienen gran cantidad de esta sustancia en su composición. Aunque no es la única, pues el resto de componentes son tan perjudiciales como éste, o incluso más.

La cafeína es otro de sus ingredientes principales, y contra el que va ahora Reino Unido, que está a punto de dar un paso importante para reducir el consumo de refrescos en los más pequeños. La primera ministra británica, Theresa May, ha informado en un comunicado de que su gobierno estudia prohibir la venta de bebidas energéticas con un alto nivel de cafeína a niños por cuestiones de salud.

Para enfocar los siguientes pasos, el gobierno inglés ha lanzado una consulta para recolectar diversos puntos de vista sobre el proyecto, lo que incluye también la edad en la que la prohibición debería aplicarse. "Con miles de jóvenes consumiendo regularmente bebidas energéticas, muchas veces porque se venden a precios más baratos que los refrescos, haremos una consulta sobre la prohibición de la venta de bebidas energéticas a los niños", ha señalado May.

La prohibición, que se aplicaría a las bebidas que contienen 150 miligramos por cafeína por litro, no está dirigida a todo el territorio inglés. Escocia, Gales e Irlanda del Norte tienen capacidad para establecer sus propias políticas.

El comunicado también señala que los adolescentes británicos consumen en torno a un 50% más de bebidas energéticas que sus homólogos europeos. Algunos vendedores ya restringen la venta de bebidas energéticas a niños menores de 16 años. Además, en abril de este año, Reino Unido implantó un impuesto diferenciado dirigido a los refrescos.

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