El Gobierno dice que "será difícil que Berlusconi no se acerque a la gente"

  • Roma.- El subsecretario de la presidencia del Gobierno italiano, Paolo Bonaiuti, explicó hoy que a pesar de la agresión que sufrió el pasado domingo en Milán tras un mitin "será muy difícil" convencer al primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, de que no se acerque a la gente.

Berlusconi será dado de alta mañana
Berlusconi será dado de alta mañana

Roma.- El subsecretario de la presidencia del Gobierno italiano, Paolo Bonaiuti, explicó hoy que a pesar de la agresión que sufrió el pasado domingo en Milán tras un mitin "será muy difícil" convencer al primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, de que no se acerque a la gente.

Bonaiuti, que ejerce de portavoz del jefe de Gobierno, explicó en un programa de la televisión pública RAI que aunque "se temen otros ataques", será difícil tener alejado a Berlusconi de la gente.

Berlusconi resultó herido el pasado domingo cuando tras un mitin en la Plaza del Duomo bajó del palco para estrechar la mano de sus seguidores, entre los que estaba su agresor, Massimo Tartaglia, de 42 años, quien le arrojó a la cara una réplica en miniatura de la catedral de Milán.

El portavoz agregó que "se le invitará a la prudencia", pero "mantenerle alejado de la gente será una lucha titánica".

"Berlusconi es uno que se siente bien entre la gente. El contacto humano es la clave de su éxito personal y de su carisma", añadió.

Uno de los debates en el país tras la agresión es si hubo o no fallos en la seguridad del presidente del Gobierno, a pesar de las dificultades de gestionar los frecuentes baños de multitudes que protagoniza Berlusconi.

El ministro del Interior, Roberto Maroni, explicó que no hubo algún fallo en la gestión de la seguridad del acto y del primer ministro y añadió que "Berlusconi tiene todo el derecho de acercarse a sus seguidores, porque esto es la democracia y la política".

No obstante, la prensa de hoy se cuestiona cómo pudo ocurrir la agresión ya que Berlusconi cuenta con una escolta de cerca 20 personas y se interroga sobre si es oportuno que un jefe de Gobierno se acerque tanto a personas que, como en el caso de Plaza del Duomo, no han sido sometidas a algún control.

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