El gobierno mantiene que españa mejorará su seguridad con la participación en el escudo antimisiles de eeuu


El ministro de Defensa, Pedro Morenés, defendió este jueves en el Congreso de los Diputados que España mejorará su seguridad con la participación en el Programa de Defensa Contra Misiles Balísticos de la OTAN.
Morenés y el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García Margallo, comparecieron conjuntamente en el Congreso de los Diputados para explicar esa participación, aprobada el pasado viernes por el Consejo de Ministros.
Ambos precisaron en sus exposiciones que la decisión está consensuada por los dos grandes partidos, viene de años atrás y es continuista con las negociaciones de anteriores gobiernos.
Ese programa pretende proteger a Europa contra misiles balísticos de corto y medio alcance “pudiendo evolucionar posteriormente para hacer frente a misiles de largo alcance”.
Comportará el despliegue en Rota de cuatro destructores de la Armada estadounidense equipados con el sistema de combate y defensa de esos misiles.
Los dos primeros buques llegarán en marzo de 2014 y los otros dos a lo largo de 2015, estarán al mando del almirante de la Sexta Flota con cuartel general en Nápoles, y operarán en el Mediterráneo como parte del sistema de defensa antimisiles.
Morenés aseguró que ese despliegue aportará “valor añadido” a la seguridad de todo el Mediterráneo por su efecto “preventivo, disuasorio y contra proliferación”, reforzará la estabilidad en la región, y con ello la seguridad en España.
Precisó, en ese sentido, que Marruecos, Argelia y Túnez han tenido conocimiento previo del acuerdo con Estados Unidos y no han mostrado “reticencia alguna”.
El despliegue beneficiará a las fuerzas armadas españolas, aseguró, porque dispondrán de “numerosas oportunidades” de mejorar sus capacidades y la interoperatividad con la OTAN en general y con Estados Unidos en particular.
“Sin desembolso alguno para España”, añadió, formará parte de las adquisiciones de capacidades de la OTAN y habrá un claro impacto socio económico, no sólo en la base sino en la región, que dinamizará el consumo privado y la actividad económica en una zona “especialmente castigada”.
Las inversiones iniciales necesarias para adaptar la base a ese despliegue se valoran en unos dos millones de euros, que serán costeados íntegramente por Estados Unidos y que reactivarán la demanda de bienes y servicio y la creación de puestos de trabajo.
La presencia del personal embarcado en los buques y el de mantenimiento, así como de sus familias, unas 1.300 o 1.400, impulsará el sector de servicios en la zona y abrirá “importantes expectativas” a pequeñas y medianas empresas por la contratación en “muy diversas áreas de negocio”.
Además, la presencia de unidades militares avanzadas de la OTAN y de Estados Unidos será una oportunidad “única” de adiestramiento y cooperación para los militares españoles.
Margallo explicó que la amenaza para Europa de un ataque convencional o nuclear es ahora menor que hace décadas, pero se ha incrementado el riesgo de agresión mediante misiles balísticos, que en 1997 sólo poseían 9 países, y 30 en 2011.
El ministro de Exteriores dejó claro que el acuerdo preserva la soberanía de España y el control sobre su territorio, su mar territorial y su espacio aéreo, y se atribuye a las autoridades españoles la autoridad y responsabilidad de tomar “la última decisión en el uso de las instalaciones de apoyo”.
Se concede a las fuerzas de Estados Unidos el uso de las instalaciones de apoyo para fines “dentro del ámbito bilateral y multilateral” del convenio, pero todas las actuaciones que supere ese convenio requerirán la autorización previa del Gobierno de España.
España mantiene además su política de no nuclearización del espacio bajo su soberanía y su política en materia de escalas de buques de propulsión nuclear.

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