El Gobierno ordena silencio a diputados y senadores del PP sobre Cataluña

  • Moncloa está coordinando toda la política de comunicación para hacer frente al órdago independentista de Puigdemont.
Mariano Rajoy en La Moncloa este miércoles.
Mariano Rajoy en La Moncloa este miércoles.

"Todos callados". Es la orden que han recibido los diputados y senadores del PP durante estos días en los que la Generalitat y el Gobierno central mantienen un pulso trascendental con la unidad de España en juego. El Gobierno no quiere declaraciones salidas de tono que puedan perjudicar a la hoja de ruta que está trazando el Ejecutivo de Mariano Rajoy.

La consigna es la de no conceder entrevistas y ha sido impartida a través de las direcciones de los grupos parlamentarios. Los diputados y senadores rasos del PP tienen claro que no deben comentar o entrar en polémicas sobre la crisis catalana. Al menos hasta que el Gobierno tome una decisión o Puigdemont ceda en sus pretensiones y vuelva a la legalidad.

Es Moncloa, por tanto, quien está dirigiendo toda la política de comunicación en la amenaza independentista, con la secretaría de Estado de comunicación a la cabeza. Ha habido algunos momentos indeseados, como las declaraciones de Pablo Casado en Génova el pasado lunes que no gustaron en algunos ámbitos del Gobierno y que esperan que no se repitan en los próximos días.

Respecto a las críticas sobre la ausencia del Gobierno en los medios de comunicación, especialmente en los internacionales, en Moncloa tienen claro que la batalla es política y no mediática. De ahí que el presidente haya concedido una única entrevista a la agencia EFE y no haya, de momento, protagonizado ninguna rueda de prensa, únicamente comparecencias sin preguntas.

En el Ejecutivo comparan esta situación con lo que ocurrió en el no-rescate soberano, cuando la presión sobre Rajoy vino desde ámbitos políticos y mediáticos. El presidente resistió a todas las opiniones contrarias y ganó la partida. Algo similar, según recuerdan en Moncloa, sucedió cuando Rajoy declinó presentarse a la investidura tras el 20D para dejar que Pedro Sánchez se estrellara primero. Entonces también recibió innumerables críticas, pero pudo salir vencedor. Es la tercera vez que se juega su mandato a cara o cruz.

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