El Gobierno rumano busca socios tras abandonar los liberales la coalición

  • El primer ministro de Rumanía, el socialdemócrata Victor Ponta, negocia la entrada en el Ejecutivo del partido de la minoría húngara y de otras formaciones para superar la crisis provocada por la dimisión hoy de los ministros de su hasta ahora socio el liberal PNL.

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Bucarest, 26 feb.- El primer ministro de Rumanía, el socialdemócrata Victor Ponta, negocia la entrada en el Ejecutivo del partido de la minoría húngara y de otras formaciones para superar la crisis provocada por la dimisión hoy de los ministros de su hasta ahora socio el liberal PNL.

Tras anunciar el martes su salida de la coalición de Gobierno que ganó las elecciones en octubre de 2012, los diez ministros del PNL presentaron hoy sus cartas de dimisión.

Ponta se reunió hoy con los dirigentes de varios partidos y aseguró que el próximo martes presentará una nueva estructura de Gobierno para someterla a la confianza del Parlamento.

De momento, el Partido Conservador y la Unión Nacional para el Progreso de Rumanía han anunciado su intención de formar una coalición.

Ponta también negocia con el partido de la minoría húngara para contar con una mayoría más amplia, a la que se sumarían los diputados que representan a otros grupos nacionales y étnicos.

Con esa amalgama de formaciones, el Ejecutivo tendría margen suficiente en las dos cámaras del Parlamento para seguir gobernando.

La ruptura de la coalición de Gobierno, que se presentó bajo una misma marca electoral a los comicios generales de 2012, se produce tras semanas de desavenencias.

El conflicto que desencadenó la crisis fue la negativa de Ponta a nombrar como ministro del Interior a Klaus Iohannis, partidario de desvincularse de los socialdemócratas de cara a las elecciones presidenciales del próximo otoño.

El PNL pidió anoche la dimisión de Ponta, argumentando que llegó al poder gracias a la alianza de los dos partidos, y ha anunciado que presentará una moción de censura el próximo mes.

Rumanía, que es el segundo país más pobre de la Unión Europea después de Bulgaria, está inmerso en una crisis económica y el año pasado acordó con el Fondo Monetario Internacional (FMI) una línea de crédito de 4.000 millones de euros a cambio de aplicar reformas estructurales.

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