El Gobierno seguirá cooperando con la Alianza de Civilizaciones

  • El Gobierno de Mariano Rajoy seguirá cooperando con la Alianza de Civilizaciones, el proyecto que puso en marcha su antecesor en el cargo, José Luis Rodríguez Zapatero, aunque planteará una reflexión sobre su finalidad y estudiará rebajar la contribución económica hecha en los últimos años.

Madrid, 25 feb.- El Gobierno de Mariano Rajoy seguirá cooperando con la Alianza de Civilizaciones, el proyecto que puso en marcha su antecesor en el cargo, José Luis Rodríguez Zapatero, aunque planteará una reflexión sobre su finalidad y estudiará rebajar la contribución económica hecha en los últimos años.

La decisión de mantener la colaboración con la Alianza de Civilizaciones, que promueve el diálogo entre religiones y culturas, responde a que se trata de una iniciativa asumida por Naciones Unidas, después de que España y Turquía propusieron su creación en 2004, han informado a Efe fuentes del Ejecutivo.

La Alianza cuenta con el respaldo de más de un centenar de países y de una veintena de organismos internacionales -integrantes del llamado 'Grupo de Amigos'- y está representado en la ONU por el portugués Jorge Sampaio.

Durante su etapa en la oposición, el PP mantuvo una postura crítica con la iniciativa al considerarla vacía de contenido e irrelevante para España.

En el programa electoral con el que concurrió al 20N, el PP no mencionaba la Alianza, aunque sí dejaba claro que colaboraría con la ONU y otros organismos en la defensa de los derechos humanos y la protección de las minorías perseguidas por motivos religiosos.

En su comparecencia en el Congreso del pasado miércoles, el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel-García Margallo, dio su aval a la Alianza, aunque manifestó la necesidad de "reflexionar conjuntamente" sobre ella.

También adelantó que el Gobierno deberá "repensar" la aportación que se hace a la iniciativa.

España es el principal contribuyente, con alrededor de un 30 por ciento del total de su presupuesto, por delante de Turquía, Reino Unido, Catar y Emiratos Árabes Unidos.

Desde 2005, España ha destinado alrededor de cinco millones de euros al Fondo Fiduciario de la Alianza, además de organizar el I Foro en Madrid (2008).

La primera contribución fue en 2005 con un millón de euros, cifra que en 2009 se vio rebajada a 650.000 euros, similar a las partidas de 2010 y 2011, según datos facilitados a Efe por Exteriores.

García-Margallo dijo no ver aceptable que España pague "la mayor parte de la fiesta", mientras que "el 'Grupo de Amigos' no pone un euro".

El Gobierno también ha financiado con 12,4 millones de euros la creación del Instituto sobre la Alianza de Civilizaciones que está previsto que entre en funcionamiento a final de año en Barcelona.

Otros diez millones de euros se destinaron a la remodelación de la Sala de los Derechos Humanos y de la Alianza de Civilizaciones en la sede de la ONU de Ginebra, con la cúpula pintada por Miquel Barceló.

El ministro informó de que había conversado ya con el primer ministro turco, Recep Tayip Erdogan, sobre el futuro de la Alianza y su finalidad al haber desempeñado un escaso papel en la llamada primavera árabe.

La portavoz del PSOE, Elena Valenciano, le pidió no "despreciar" la Alianza, al advertirle de que podría dañar la imagen de España en la comunidad internacional, en especial, ante los países árabes.

Uno de los motivos que el Ejecutivo ha tenido en cuenta para no desligarse de la Alianza es la candidatura de España a ocupar un puesto de miembro no permanente del Consejo de Seguridad para el periodo 2015-2016.

Retirar el apoyo perjudicaría las aspiraciones españolas para lograr esta meta en favor de Turquía, que también se presentará como candidato para el mismo período.

El anterior Gobierno socialista aprobó en 2010 el II Plan Nacional para la Alianza de Civilizaciones, vigente hasta 2014.

Este plan, en el que colaboran diversos ministerios, incluye un amplio programa de proyectos y actividades para inculcar los valores de tolerancia en ámbitos como la educación y la juventud.

Presidencia mantiene una oficina en el Palacio de la Moncloa encargada de coordinar estas actuaciones, aunque durante la segunda legislatura de Zapatero se suprimió el cargo de asesor presidencial que desempeñó el diplomático Máximo Cajal.

Exteriores, por su parte, se ocupa de la difusión de la iniciativa en los organismos multilaterales con una embajadora específica, Belén Alfaro, nombrada en julio del pasado año.

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