El Gobierno tecnócrata checo afronta un voto de investidura sin mayoría

  • El Gobierno de la República Checa, nombrado el pasado 10 de julio por el presidente del país, Milos Zeman, y que espera aún el refrendo del Parlamento, afronta mañana la votación de investidura sin haber hecho logrado los apoyos necesarios.

Praga, 6 ago.- El Gobierno de la República Checa, nombrado el pasado 10 de julio por el presidente del país, Milos Zeman, y que espera aún el refrendo del Parlamento, afronta mañana la votación de investidura sin haber hecho logrado los apoyos necesarios.

El primer ministro, Jiri Rusnok, afirmó el pasado domingo en la emisora pública Ceská Televize que espera recibir 97 votos (sobre un total de 200), lo que le pondría cerca de la investidura.

Podría superar el examen en el caso de que se ausentaran por vacaciones al menos cinco legisladores de los partidos conservadores.

Ni uno sólo de los 101 diputados de la antigua coalición gubernamental de centroderecha, en el poder hasta la dimisión del primer ministro conservador Petr Necas en junio pasado, respaldarán al nuevo gabinete.

Esta coalición anunció desde el primer momento que no sólo dispone de un candidato para formar gobierno sino también de la mayoría parlamentaria para garantizar su investidura, pero el jefe de Estado hizo oídos sordos.

Al otro lado del espectro político, tanto los socialdemócratas como los comunistas han señalado que darán su bendición al gobierno tecnócrata, en el que hay tres exmilitantes del Partido Socialdemócrata (CSSD), pero no reúnen los votos necesarios.

Es muy probable, por tanto, que la sesión de investidura de mañana no sirva para consolidar al Ejecutivo "de expertos", como se llamó, si bien la ciudadanía discrepa del nombre.

Sólo el 15 por ciento de los checos encuestados por la agencia de demoscopia STEM está de acuerdo con ese calificativo para el equipo nombrado por Zeman, mientras que el 37 por ciento lo considera un gobierno de amigos del presidente.

El principal objetivo del nuevo gobierno en funciones es, según anunció Rusnok al asumir el cargo, preparar los presupuestos generales del Estado de 2014, y mejorar los mecanismos de captación de los fondos estructurales de la UE.

Durante su primer mes, el gabinete de Rusnok ya ha causado polémicas, por ejemplo por el cese del director del Teatro Nacional, decisión que tuvo que ser revocada 24 horas después, ante una marea de protestas de los artistas.

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