El Gordo (siempre) le toca a Hacienda: el Estado ganará más de 200 millones

  • La lluvia de millones que regará toda España alcanzará los 2.380, es decir, 70 más que el año pasado, siempre y cuando se vendan todos los décimos. 
Gráfico Premios Loteria Navidad
Gráfico Premios Loteria Navidad
Nerea de Bilbao
Gráfico Premios Loteria Navidad
 

A Hacienda le tocarán más de 200 millones de euros en el tradicional sorteo de la Lotería de Navidad que se celebrará el próximo viernes, según los cálculos de los Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), aunque los niños del colegio San Ildefonso no cantarán precisamente este premio.

En esta ocasión, la lluvia de millones que regará pueblos y ciudades de toda España alcanzará los 2.380, es decir, 70 más que en 2016, en el caso de que se vendan todos los décimos agraciados. Por ello, la recaudación del fisco este año será un 3% superior. O lo que es lo mismo, las arcas públicas se engrosarán con casi seis millones más que el ejercicio pasado en una jornada en la que, salgan los números que salgan, habrá un ganador seguro: Hacienda, que desde 2013 grava al 20% los premios de la Lotería superiores a 2.500 euros.

Así, a quienes les toque el Gordo, que reparte 400.000 euros por décimo premiado, se embolsarán 320.500 euros, ya que Hacienda se quedará con los 79.500 euros restantes. De la misma forma, los agraciados con el segundo premio –de 125.000 euros por décimo- cederán 24.500 euros al fisco, y a los ganadores del tercer premio -50.000 euros por décimo-, se les retendrá un total de 9.500 euros.

Y es que el navideño es el sorteo por excelencia para Loterías y Apuestas del Estado, ya que ostenta el liderato absoluto de ventas anuales del organismo público, con prácticamente el 30% de la recaudación anual, por lo que también es la época en la que más gana debido a las retenciones que aplica sobre los premios.

Los Técnicos de Hacienda recuerdan que Loterías realiza directamente la retención al cobrarlos. De esta manera, los agraciados recibirán el importe con el impuesto ya descontado con un gravamen especial que es exactamente del mismo importe que la retención descontada al cobrarlo, por lo que el premio no tendrá ningún impacto en el IRPF, salvo añadir en su Declaración los posibles rendimientos que les genere, como los intereses bancarios.

En cualquier caso, como la cuantía del premio no se incluye en la base general del IRPF, ni en la del ahorro, a los premiados no les afectará a la hora de pedir becas, prestaciones de asistencia u otras ayudas públicas que dependan de los ingresos y no del patrimonio.

Asimismo, si el valor neto de los bienes individuales supera los 700.000 euros, los saldos bancarios o el derecho de cobro del premio a 31 de diciembre pueden determinar la obligación de presentar la declaración del Impuesto de Patrimonio.

Números compartidos

Por otra parte, Gestha explica que quienes compartan un premio superior a los 2.500 euros deberán ceder a Hacienda el 20% de su participación, aunque sea inferior a esta cifra, pues el impuesto se exige al décimo, más allá de cómo y cuánto esté participado.

En cambio, si una persona a la que le toque un premio sustancial quiere regalar un “pellizco” a familiares o amigos engrosará las arcas públicas nuevamente, ya que el beneficiario de la donación deberá tributar el “aguinaldo” recibido por el Impuesto de Sucesiones y Donaciones.

Ojo con el blanqueo

Los Técnicos de Hacienda, como viene siendo habitual durante los últimos años, advierten del peligro de revender décimos a personas o intermediarios interesados en blanquear dinero. De hecho, los agraciados que lo hagan no podrán acreditar ante Hacienda el origen de estos fondos, lo que puede acabar con una inspección que exija, entre la deuda y la sanción, más del 70% del importe ganado, sin perjuicio de las responsabilidades penales en las que pudiera incurrir por cooperar en un delito de blanqueo de capitales.

Gestha considera que el impuesto de Loterías dificulta el blanqueo al detectarse mejor el cobro repetitivo de premios por una misma persona, pero no acaba con esta práctica, puesto que los defraudadores pueden tratar de lavar importantes cantidades de dinero acaparando varios décimos premiados en una localidad y pagando una comisión sobre el importe neto del premio.

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