La nueva ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, aporta algo más que la cota de feminismo y municipalismo que el propio Sánchez aduce como justificación para su nombramiento: después de casi dos décadas en la política local catalana más cercana a los ciudadanos es una de las grandes conocedoras del déficit de infraestructuras que sufre Cataluña y puede ser uno de los grandes contrapesos a la hora de definir la nueva relación financiera entre el Estado y la autonomía, de acuerdo con el resto de comunidades de régimen común, según admiten fuentes cercanas a Moncloa y conocedoras del socialismo catalán. Por mas que los separatistas de ERC marquen como prioridad la autodeterminación y la amnistía en la mesa de negociación con Cataluña, a nadie se le escapa que el capítulo de inversiones a realizar en El Prat, los rodalies de la zona metropolitana de Barcelona o el corredor del Mediterráneo son claves en la nueva etapa entre el Govern de Pere Aragonès y Moncloa.
La sucesora de Ábalos se va a convertir en un componente básico de ese elenco de políticos del PSC catalán vinculados con la economía y que ocupan puestos importantes en el sector público, bajo la estela de Salvador Illa y de Raül Blanco, empeñados en promover -aunque sea desde la oposición y después de haber ganado las elecciones autonómicas- la recuperación de Cataluña como uno de los motores económicos del país, sin entrar en las veleidades del separatismo pero con un grado de compromiso innegable con la integración de la comunidad catalana en un nuevo soberanismo que le permita aprovechar al máximo todos sus recursos sin salirse del perímetro constitucional.
Fuentes cercanas al Ministerio de Fomento aseguran que, durante los 30 meses de legislatura que quedan -en palabras de Sánchez de este mismo sábado-, la ya exalcaldesa de Gavá tendrá que hacer frente a problemas como la política de vivienda y la intervención de los precios del alquiler en las grandes ciudades, algo que ya conoce muy bien dado que Barcelona y su alcaldesa, Ada Colau, están muy cerca de ese tipo de 'intervención' en el mercado para controlar la subida de las rentas. Además de esa rencillas en las que se tuvo que fajar su antecesor, la nueva titular de Fomento deberá encargarse en procurar un reparto equitativo entre todas las CCAA de las grandes inversiones en infraestructuras que se manejan en su departamento, si bien muchas de ellas son de carácter plurianual y mero seguimientos. Y en ese reparto de inversiones reales el mayor reto para los próximos dos años está en el compromiso ya declarado por el presidente Sánchez de compensar a Cataluña por una falta de inversiones crónica en la última década.
Uno de los grandes retos a poner en marcha, demandado tanto por los partidos soberanistas y separatistas, como por los lobbies empresariales de Cataluña, Valencia y Murcia, es la puesta en marcha del corredor ferroviario del Mediterráneo, que se empezó a pensar en la década de los noventa y, hasta ahora, se ha saldado con dos enlaces de compromiso con la línea de alta velocidad y los puertos catalanes, si más desarrollo. Gavá y el área metropolitana de Barcelona, de la que es vicepresidenta, conforman un enclave básico para ese corredor, que puede ser uno de los revulsivos económicos de Levante español en la próxima década, según advierten fuentes cercanas al socialismo catalán.
Escepticismo en entre los soberanistas
En el lado de las soluciones a la movilidad urbana es donde menos descuidada van a encontrar quienes le busquen las vueltas a la nueva titular de Transportes. Desde su entorno destacan la gran preparación en el ámbito legal y en el estratégico con que cuenta en esa área, por más que se trate de una competencia transferida a las CCAA y los ayuntamientos en la mayor parte de sus cometidos. Aún así, el papel del Ministerio de Transportes y de instituciones que dependen de su estructura, como Ineco, van a ser fundamentales a corto plazo para terminar de definir los proyectos estratégicos que ese ámbito, muy relacionado con la digitalización, se van a desarrollar al amparo de los fondos europeos. En ese caso, la coordinación con el resto del área económica del Gobierno, que ahora controla con más fuerza si cabe la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, va a ser una de las claves para Raquel Sánchez.
Desde el ámbito de los partidos soberanistas y separatistas catalanes, como Junts o ERC, que controlan ahora la Generalitat, se muestran reticentes a la hora de dar el "beneficio de la duda" a la nueva ministra y la capacidad que tendrá para que lleguen a Cataluña los cerca de 4.000 millones en que se estima la "deuda" histórica en sus inversiones reales. "También lo conocía bien Iceta y no hizo mucho", señalan, con el ánimo de hacer un análisis, en todo caso, a posteriori. Desde la formación independentista de ERC ya se ha advertido en varias ocasiones que la supuesta "lluvia de millones" no va a alterar el afán de referendum y autodeterminación que ellos postulan a priori.
