El jefe de Gestión de Desastres aboga por potenciar los mecanismos de prevención en Pakistán

  • Islamabad.- Pakistán debe potenciar sus mecanismos de prevención de desastres para que tragedias como las inundaciones de este año no hundan su economía y lleven al país "hacia atrás en el tiempo", alertó el teniente general Nadim Ahmad, presidente de la Autoridad Nacional de Gestión de Desastres (NDMA).

El jefe de Gestión de Desastres aboga por potenciar los mecanismos de prevención en Pakistán
El jefe de Gestión de Desastres aboga por potenciar los mecanismos de prevención en Pakistán

Islamabad.- Pakistán debe potenciar sus mecanismos de prevención de desastres para que tragedias como las inundaciones de este año no hundan su economía y lleven al país "hacia atrás en el tiempo", alertó el teniente general Nadim Ahmad, presidente de la Autoridad Nacional de Gestión de Desastres (NDMA).

En entrevista con Efe, Ahmad recordó que en los últimos cinco años Pakistán ha sufrido "dos inundaciones, dos ciclones, un corrimiento de tierras, una emergencia compleja en el noroeste (desplazados por conflicto) y dos terremotos".

El país, "es proclive a los desastres naturales así que tenemos que desarrollar mecanismos de reducción de riesgo", explicó

"Los paquistaníes son un pueblo extremadamente resistente, pero cada vez que sucede algo así nuestra economía se resiente y lleva mucho tiempo recuperarse, absorber las pérdidas. Si no desarrollamos capacidad para rebajar su impacto, estas crisis nos llevarán atrás en el tiempo", subrayó Ahmad.

Oriundo de la ciudad oriental de Lahore, este reputado general de tres estrellas abandonó los cuarteles en 2005 y desde entonces su trabajo ha estado vinculado al ámbito humanitario, al frente de las instituciones que han gestionado las mayores crisis ocurridas en el país surasiático.

Ahora, cuando ya han pasado más de tres meses desde el inicio de las peores inundaciones de la Historia de Pakistán, con 21 millones de afectados y casi 10.000 millones de dólares de pérdidas económicas, Ahmad se felicita por que ninguna persona ha muerto de inanición y no se han registrado epidemias, "sólo casos aislados" de enfermedades que a menudo eran endémicas.

Como "éxitos" en la gestión de las inundaciones, cita "la desmonetarización de la ayuda" a través de tarjetas, la petición y distribución selectiva de la asistencia de los donantes y la mejora en la coordinación entre instituciones o en la interacción con la comunidad internacional.

Pero conocedor de los dardos lanzados a las autoridades paquistaníes tanto en casa como fuera, su discurso no está exento de autocrítica.

"Nos dimos cuenta tarde de que, tras la enmienda constitucional (aprobada en primavera), el Gobierno central no tiene tanto control sobre las provincias", explica, en referencia a las aceradas críticas por la inacción del Ejecutivo y las disputas entre las diferentes Administraciones.

También se lamenta de que, a pesar de que la provincia noroccidental de Khyber Pakhtunkhwa "tuvo una buena reacción porque tenían la experiencia" y la red humanitaria forjada durante otras crisis, "no se vio esa misma respuesta en los distritos en otras provincias".

Según Ahmad, que admite que Pakistán "debe construir más infraestructuras protectoras" como presas o diques y "reforzar" las existentes, "nadie se imaginaba que en un país con problemas de escasez de agua fueran a suceder las peores inundaciones de la Historia mundial".

"Cuando llegaron las inundaciones, nuestras infraestructuras sufrieron múltiples grietas y no pudieron soportar (la presión del agua), por eso tuvimos áreas anegadas a cientos de millas de distancia", explica.

"Tenemos que entender que la magnitud del desastre fue tan grande que Pakistán no estaba en condiciones de afrontarlo solo. De hecho, ni siquiera la comunidad humanitaria estaba en condiciones de ayudar por si sola a Pakistán", argumenta, al tiempo que aplaude la contribución de los donantes internacionales.

Ahmad acepta que "es justo que cada donante se preocupe por que sus fondos se utilicen adecuadamente" pero rechaza las acusaciones al Gobierno de malversación de la ayuda.

Pero no descarta que la crisis se acentuase por la acción de algunos terratenientes en connivencia con autoridades locales, quienes, según la prensa, forzaron grietas en barreras protectoras para que se anegaran terrenos distintos de los suyos, aunque insta a esperar a los resultados de las pesquisas de comisiones judiciales en dos regiones.

En sus años de experiencia gestionando la respuesta a los desastres, el jefe de la NDMA asegura haber visto "los colores reales de Pakistán, que aparecen sobre todo cuando uno está afligido".

"He visto muchas situaciones de aflicción. Gente que ha perdido sus casas, sus cultivos, sus parientes o animales. Y si un trabajador humanitario se acerca a ellos, todavía son capaces de ofrecer una taza de té, cualquier cosa que tengan. Pakistán es un país filantrópico por naturaleza", expone.

Igor G. Barbero

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