El jefe de los Tedax el 11M revela las "insistentes llamadas" que le hacía el CNI para averiguar datos de la investigación

    • "Nosacribillarona llamadas telefónicas los días 11, 12 y 13 de marzo, tanto por la noche como por el día, para enterarse de los detalles de la investigación relativos a los hallazgos de la Renault Kangoo y los explosivos", explica
    • Lamenta que Aznar se apoyara más en los servicios secretos que en la Policía, que era la que estaba en el núcleo de la investigaciónn
    • Sánchez Manzano se defiende públicamente por primera vez en diez años de las acusaciones que se vertieron contra él desde El Mundo y la Cope
    • En 'Las bombas del 11M', un libro de más de 300 páginas, relata pormenorizadamente los días posteriores a la catástrofe
Sánchez Manzano acaba de publicar 'Las bombas del 11-M'.
Sánchez Manzano acaba de publicar 'Las bombas del 11-M'.
Roberto R. Ballesteros / Seguridad y Tribunales

El que fuera jefe de los Tedax del Cuerpo Nacional de Policía durante la investigación posterior a los atentados del 11-M, Juan Jesús Sánchez Manzano, levanta la voz por primera vez en diez años para defenderse de las acusaciones que se lanzaron contra él desde algunos medios como El Mundo y la cadena Cope después de los atentados. Sánchez Manzano lanza hoy el libro Las bombas del 11M (Amazon, CreateSpace Independent), en el que critica la actuación de algunos periodistas y de varios políticos durante los meses posteriores a la masacre.Asimismo, lamenta que el entonces presidente del Gobierno, José María Aznar, se apoyara más en el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) que en la información suministrada por los Tedax, que eran los que se encontraban en el núcleo de la investigación, donde se recababan las pruebas. Desvela, de hecho, cómo continuamente había algún agente del CNI detrás de los miembros de su equipo con el fin de obtener información para luego poder contarla a sus superiores.[Te puede interesar: Los guardias civiles temen ser juzgados por el Código Penal Militar en su trabajo diario] "A todos los miembros de mi unidad nos sorprendieron mucho las insistentes llamadas que recibíamos desde el Centro Nacional de Inteligencia y los Servicios de Información de la Guardia Civil. Querían conocer el núcleo de la investigación, que en ese momento estaba en torno a la labor los Tedax. En concreto, tanto el coronel de la Guardia Civil responsable de Información como otro coronel del CNI nos acribillaron a llamadas telefónicas los días 11, 12 y 13 de marzo, tanto por la noche como por el día, para enterarse de los detalles de la investigación relativos a los hallazgos de la Renault Kangoo y los explosivos", detalla el libro, cuyos beneficios el comisario principal destinará a la Fundación de Huérfanos de la Policía.Sin embargo, Sánchez Manzano aclara que en todo momento él y su equipo remitieron a estos agentes al juez instructor, último responsable por aquel entonces de la investigación.Recuerda que el propio Aznar cuenta en el segundo volumen de sus memorias que el CNI no sabía nada de la investigación, ni antes ni después de los atentados. "Después de estallar las bombas, todos los servicios policiales transmitieron con lealtad, fiabilidad y oportunidad los datos que se fueron recabando. De esto soy testigo directo e incluso protagonista en algún caso. Desconozco la información que transmitieron otros cuerpos sin competencias operativas en los escenarios, aunque en ningún caso podía ser tan exacta como la proporcionada por la Policía, única corporación que daba respuesta in situ a las situaciones que se presentaban".El comisario principal entiende que en algún momento tuvo que estropearse la comunicación con el poder Ejecutivo, ya que los informes de los Tedax hubieran ayudado al Gobierno a tener más clara la autoría. "No podemos negar, por otro lado, que hasta ese momento el terrorismo en España había estado vinculado casi en exclusiva a la banda criminal ETA. De ahí que, nada más estallar las bombas, se generalizara la creencia de que había sido esta organización terrorista. Este prejuicio, unido a las adversas circunstancias del momento, provocó la resistencia a emplear la razón para el análisis de los datos que iban recibiendo.Algunos de los receptores de las informaciones se quedaron con esa idea de la culpabilidad de ETA quizá demasiado tiempo. No valoraron en su justa medida la sucesiva aparición de evidencias. Tardaron en digerirlas e interpretarlas. Esta obcecación ralentizó su reacción y la hizo incluso titubeante", relata.Sánchez Manzano realiza un relato pormenorizado de los hechos desde que fue avisado de que se había producido la catástrofe hasta el juicio, haciendo especialmente en los días posteriores a los atentados y en fechas señaladas, como la comisión parlamentaria o el proceso judicial. Revela una conversación con el entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en la que éste le confiesa que Sánchez Manzano estaba sirviendo de escudo contra los ataques que en realidad iban contra el jefe del Ejecutivo. "Me pidió disculpas por ello", confiesa en el libro.El autor trata de poner en evidencia las contradicciones en las que, según él, incurrieron El Mundo y la Cope. También muestra cómo en ocasiones estaba al alcance de estos medios información suficiente para contestar a las dudas que planteaban ante la opinión pública, pero que tanto este diario como esta cadena de radio decidían no utilizarla.[Quizá te interese: La UE investiga si los guardias civiles realizan demasiado "trabajo nocturno"]Asimismo, revela que en repetidas ocasiones intentó que el Gobierno de Zapatero le respaldara o al menos le permitiera responder a las acusaciones que desde estos medios le hacían. Sin embargo, confiesa, siempre recibió un no por respuesta. En la misma línea, critica las escuetas respuestas que desde el Ejecutivo se ofrecían a las preguntas parlamentarias. Había información de sobra para contestar con más detalle, pero el Gobierno no quiso hacerlo, asegura Sánchez Manzano, quien escribe este libro –según él mismo– precisamente para responder por fin a todo lo que se dijo contra él y contra los Tedax.

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