El juez de comisión militar de Guantánamo ordena el fin de la censura externa

  • El juez militar James Pohl, que preside las vistas preparatorias del juicio contra el cerebro de los atentados del 11 de septiembre de 2001, ordenó hoy el fin de la censura externa en el proceso, que tiene como objeto proteger información confidencial.

Washington, 31 ene.- El juez militar James Pohl, que preside las vistas preparatorias del juicio contra el cerebro de los atentados del 11 de septiembre de 2001, ordenó hoy el fin de la censura externa en el proceso, que tiene como objeto proteger información confidencial.

Pohl dijo que nunca más una persona fuera de su control procederá a pulsar el botón que censura el sonido en la sala, que lleva 40 segundos de retraso para evitar que los periodistas escuchen información clasificada.

El pasado lunes, el primer día de una nueva vista en el proceso contra Jalid Sheij Mohamed, autroproclamado cerebro de los atentados de Al Qaeda contra Nueva York y Washington, y cuatro de sus cómplices, una mano desconocida, aparentemente vinculada a la CIA, interrumpió el sonido en la sala.

Este hecho, ocurrido durante la intervención del defensor civil de Sheij Mohamed, puso en evidencia que otra persona ajena a la comisión, que no es ni el juez ni el oficial de seguridad elegido para evitar que salgan a la luz secretos, tiene la posibilidad de censurar unilateralmente lo que se comenta en el procedimiento.

Según la web especializada Lawfare, Pohl aseveró que la comisión no permitirá que ninguna otra entidad que no sea el oficial de seguridad del tribunal autorizado pueda suspender la retransmisión del proceso y ordenó a la Fiscalía, que representa al Gobierno estadounidense, que inste a la misteriosa tercera parte a que se abstenga de intervenir.

Asimismo, solo el juez tendrá la potestad de declarar que una vista se realiza a puerta cerrada para no afectar a la seguridad nacional.

En la prisión de la Base Naval de Guantánamo permanecen detenidos 166 internos, la mayoría de los cuales podrían obtener el visto bueno para ser transferidos a otros países o liberados por condena ya cumplida en lo que llevan de cautiverio.

Ese no es el caso de los detenidos de alto valor, Sheij Mohamed, su sobrino, Ammar al Baluchi; Walid bin Attash, exguardaespaldas de Osama bin Laden; Ramzi bin al Shibh, piloto frustrado de los ataques el 11S, y Mustafa al Hawsawi, supuesto encargado de la financiación, que hoy no asistieron a la sala del tribunal.

Los cinco se enfrentan a una condena de muerte por un gran número de cargos, entre ellos la muerte de cerca de 3.000 personas el día 11 de septiembre de 2001.

Mostrar comentarios