El juez envía a prisión a "Cabeza de cerdo", reclamado por Rumanía e Italia

  • El juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno ha ordenado el ingreso en prisión del ciudadano rumano Ioan Clamparu, "Cabeza de cerdo", acusado de liderar un grupo organizado dedicado a la explotación sexual de jóvenes rumanas en España, mientras se tramita su extradición a Rumanía e Italia.

Madrid, 26 sep.- El juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno ha ordenado el ingreso en prisión del ciudadano rumano Ioan Clamparu, "Cabeza de cerdo", acusado de liderar un grupo organizado dedicado a la explotación sexual de jóvenes rumanas en España, mientras se tramita su extradición a Rumanía e Italia.

Así lo han informado hoy fuentes jurídicas, que han señalado que durante su comparecencia ante el magistrado, que ha tenido lugar este pasado fin de semana, "Cabeza de cerdo" -conocido también por los alias de "Omu" (el hombre), "Nasal" (padrino), "Ion de Madrid" y "Papa"- rechazó ser entregado a ninguno de estos dos países.

Clamparu se entregó en Madrid el pasado jueves, según la Policía debido a la presión a la que estaba siendo sometido después de que su imagen fuera difundida en el canal de las Fuerzas de Seguridad en internet www.youtube.com/policia y su nombre fuera incluido en la lista de los fugitivos más buscados.

El detenido está reclamado por Rumanía e Italia, donde está acusado de los delitos de tráfico de seres humanos y de narcotráfico, respectivamente.

Según la orden europea de detención y entrega librada por las autoridades rumanas, Clamparu lidera desde 2001 una red de tráfico internacional de personas que captaba a mujeres jóvenes de casi todas las regiones del país, "que pertenecían a familias sin mínimas posibilidades materiales, entre cuyos miembros había conflictos".

Los miembros de la organización "les prometían lugares de trabajo bien remunerados en España, sea como bailarinas, amas de llaves, camareras (...) o les prometían cantidades importantes de dinero".

Cuando llegaban a España, las jóvenes eran alojadas en apartamentos alquilados, donde les revelaban la verdad y "les explicaban que no tenían otra alternativa que prostituirse en beneficio de los proxenetas".

"Los métodos de persuasión que utilizaban los traficantes eran varios, pero en la mayoría de los casos les retenían los pasaportes, les atribuían deudas imaginarias (...), sumas de más de 2.000-3.000 euros", dice la euro-orden, que añade que los traficantes también amenazaban con represalias contra las familias de las chicas en Rumanía.

Las jóvenes eran obligadas a ejercer la prostitución en la Casa de Campo de Madrid, donde debían observar "reglas estrictas" como aceptar solo clientes de nacionalidad española, no hablar entre ellas -tenían prohibido decir su verdadero nombre o contarse cosas sobre su vida anterior- y entregar todo el dinero obtenido a una prostituta de la confianza del proxeneta.

Los ingresos obtenidos por la red eran transferidos a Rumanía, donde se utilizaban para captar nuevas víctimas o "para la adquisición de bienes".

En Italia, mientras tanto, Clamparu está reclamado para cumplir la sentencia que se le impuso por introducir en ese país desde España 27 kilogramos de cocaína.

Además, el detenido tiene varias causas abiertas en España por delitos de amenazas y relativos a la prostitución, entre otros.

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