Islamabad, 30 abr.- La opositora Liga Musulmana-N pakistaní emprenderá contactos con diversos actores políticos, sociales y judiciales para lanzar una protesta masiva que fuerce la dimisión del primer ministro, Yusuf Razá Guilani, y un adelanto electoral, anunció hoy su líder Nawaz Sharif.
En una rueda de prensa concedida en Islamabad, el que fuera dos veces primer ministro del país instó a Guilani a cumplir con el dictamen del Tribunal Supremo, que la semana pasada le condenó por desacato.
El actual jefe de Ejecutivo, cuya simbólica condena duraba solo hasta el término del juicio, ya ha anunciado que no abandonará el cargo y que apelará la sentencia pese a no estar obligado a ir a prisión.
Guilani había sido procesado por negarse a escribir a las autoridades suizas para que reabran en ese país una causa de corrupción contra el presidente Asif Alí Zardari, de su misma formación, el Partido Popular (PPP).
"Cumpla con las órdenes del Supremo. Dimita de su cargo de primer ministro o prepárese para un movimiento de protesta", amenazó Sharif, citado por los medios locales.
Un portavoz de la Liga-N, Sidiq Faruq, precisó a Efe que la formación movilizará a sus militantes en todo el país para recabar apoyos de otros partidos políticos, actores sociales, religiosos y judiciales con el objeto de organizar una gran marcha de protesta.
"No hay una fecha fija todavía para la marcha. Lo que hay es una línea roja que separa a los que apoyan la corrupción y a los que quieren erradicarla", subrayó Faruq.
La fuente agregó que no solo Guilani debe presentar su dimisión sino que el Gobierno que lidera el PPP debe adelantar las elecciones legislativas, previstas para principios de 2013.
La Liga-N de Sharif ya llevó a cabo una gran marcha de protesta en 2009 en apoyo a los abogados, que surcó todo Pakistán y obligó a Guilani a restituir en su puesto al actual jefe del Supremo, Iftikhar Chaudhry, y a otros magistrados.
Chaudhry, tras retomar su cargo, del que había sido expulsado en 2007 por el entonces presidente Pervez Musharraf, derogó la amnistía aprobada por éste último que había permitido archivar causas de corrupción contra dirigentes del PPP como Zardari.
En los últimos meses, el Gobierno paquistaní y las instancias judiciales han protagonizado un pulso público que, según el PPP, responde a una "pinza" entre Supremo y Ejército para intentar debilitar al poder político.
Desde su independencia del Imperio Británico, en 1947, Pakistán ha estado gobernado más de la mitad de su historia por regímenes militares.
En las fases democráticas, los Ejecutivos, que nunca han concluido las legislaturas, se han visto salpicados por numerosos escándalos de corrupción y acusaciones de mala gestión.
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