El silencio, el miedo y la incertidumbre se ha instalado en Casarrubios del Monte, localidad toledana que el pasado mes de febrero lloró la desaparición de su vecino Roberto García Sola y que ahora está expectante ante la detención de su vecino de enfrente en la calle Postigón. El uso de la tarjeta bancaria de este exalguacil del ayuntamiento días después de su desaparición llevó a la Guardia Civil hasta J.R. Un juzgado de Primera Instancia e Instrucción de la localidad de Illescas ha decretado ahora el secreto de sumario de un caso "extraño pero real" en palabras de su hermano. El desaparecido y el arrestado no se conocen de nada. Lo único que les puede unir, el bar al que ambos acudían a tomarse un café pero donde nunca entraron juntos.
La familia ahora solo piensa en recuperar a un hombre muy querido en el pueblo, donde ha vivido toda su vida, y cuya búsqueda por ahora solo ha dado como resultado una detención y el registro de un domicilio el mismo día que Roberto cumple los 64 años. Agentes de la Guardia Civil con perros adiestrados del Servicio Cinológico estuvieron siete horas en este piso desde el que se ve la casa baja donde vive un hombre "que no tenía enemigos ni problemas con nadie". La familia descarta desde el primer momento el ajuste de cuentas porque "no tiene problemas de ningún tipo ni miedo de nada", destacan.
Hoy se cumplen 96 días sin conocer el paradero de este vecino al que sus compañeros del ayuntamiento también definen como "una muy buena persona". Andrea, encargada del bar Arrope desde que lo alquilara hace cinco años, también asegura a La Información que se trata de alguien que "nunca ha hecho daño a nadie". Cuando llegaba con sus dos amigos de siempre esta mujer de nacionalidad rumana que lleva diez años viviendo en Casarrubios del Monte siempre le servía lo mismo: "Un café o una cerveza sin alcohol".
Solían ir todos los días. "Es un apasionado de la caza y del Real Madrid", asegura Andrea. La tarde antes de desaparecer no faltó a su cita. "Le puse su cerveza como siempre y no le volví a ver". Cuando ha visto en las noticias la cara del detenido en relación con al desaparición ha sido consciente de que también es uno de sus clientes habituales "pero siempre venía por la mañana". Se pedía un café y una copa de anís. Entraba en el local sobre las siete vestido con el mono de trabajo "antes de empezar la tarea".
Andrea, que ha participado en las búsquedas organizadas en el pueblo en una ocasión, sigue en shock después de conocer las últimas novedades. "Una vez desapareció Roberto el hombre detenido dejó de venir tan asiduamente", relata. De ir todos los días pasó a acudir una vez a la semana. Seguía solo, sin hablar con nadie.
Los hermanos del desaparecido quieren alguna explicación aunque según pasa el tiempo van perdiendo las esperanzas de encontrarlo con vida. Lo que sí tienen claro que su hermano no ha desaparecido de forma voluntaria. Varios medios apuntan que en el interior de la vivienda registrada se han encontrado restos biológicos y ahora faltaría determinar de quién son. Del detenido aseguran que no saben quién es.
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