El niño del instituto de Barcelona abrazó al profesor que le detuvo y lloró con él

    • David Jurado, profesor de Educación Física, que redujo al menor: "Era unexcelente alumno, con muchas inquietudes y grandes ocurrencias".
    • "Le pedí que me enseñara lo que llevaba en los bolsillos. Entonces se derrumbó, lo abracé y empezó a llorar como el niño que es y como el niño al que yo daba clases", aclaró.
David Jurado, el profesor de Educación Física que retuvo al joven de 13 años.
David Jurado, el profesor de Educación Física que retuvo al joven de 13 años.

David Jurado Fernández, profesor de Educación Física, se convirtió en un héroe involuntario tras retener y desarmar al niño de 13 años que asesinó a un profesor e hirió a varios compañeros en el día de ayer en el instituto Joan Fuster de Barcelona.

"Estoy bien. Mucho mejor que mis alumnos. Todos los que tuvieron la mala fortuna de cruzarse con el chaval y le vieron hacer daño de esa manera, tardarán tiempo en olvidar", ha aclarado el profesor un día después de haber sido testigo de un hecho insólito que ha conmocionado a España.

Según señaló en una entrevista concedida a 'El Periódico', el niño de 13 años que acabó con la vida de un profesor interino de Ciencias Sociales era "un excelente alumno, con muchas inquietudes y grandes ocurrencias. Es una tragedia lo que ha ocurrido".

David Jurado, que también es psicólogo, reprodujo al diario catalán como fueron los momentos más tensos de su vida en los que se percató de que había sucedía algo extraño en el instituto. "Sus compañeros estaban nerviosos. Inquietos. Eran pequeños. Los habían desalojado de sus clases y no sabían lo que había sucedido. Era como una película de miedo. La gente había huido perdiendo cosas por el suelo. Era evidente la estampida. Entonces descubrí que en mitad del pasillo había un cuerpo tendido boca abajo. Por el aspecto pensé que era un alumno mío", dijo.

"Lo que dijo en ese momento lo he declarado a los Mossos d'Esquadra. Se trata de un menor, un niño. Y no lo voy a repetir", reconoció. Posterioremente, David redujo al joven tras encontrarse con él en los pasillos del centro. "Le hice ver con mucha tranquilidad que estaba haciendo muchísimo daño a más gente de la que él sospechaba. Le pedí que me enseñara lo que llevaba en los bolsillos. Y así lo hizo. Entonces se derrumbó, lo abracé y empezó a llorar como el niño que es y como el niño al que yo daba clases. Mi único objetivo era desarmarlo sin hacerle daño, ni hacerme daño yo, para que terminara todo lo antes posible. Eso hice. Nada más", aclaró.

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